Portugal va muy en serio en esta emocionante Liga de las Naciones, como se vio en el Estadio José Alvalade de Lisboa, y derrotó a la República Checa con dos goles seguidos en poco tiempo. Una victoria que no convenía demasiado a los intereses de España, al menos hasta que se repita el duelo ibérico el próximo mes de septiembre. Bernardo Silva hizo un gran partido (hasta que Bruno Fernandes, del United, le dio el relevo a 23 minutos del final) y demostró encontrarse en un espectacular estado de forma, pese a la exhaustiva temporada que ha desarrollado en el Manchester City. El centrocampista resultó clave a la hora de dar rienda suelta a la eficacia que levantó el choque con un 2-0 en solo cinco minutos. Primero con una asistencia para Cancelo, su compañero en el equipo de Guardiola y otro de los destacados; después con otra más que tuvo como destinatario al valencianista Gonçalo Guedes. Su batuta, por tanto, fue providencial en esta velada decisiva de cara a consolidarse en la cumbre de la clasificación. En especial, porque el buen entendimiento entre Bernardo Silva y el propio Joao Cancelo desembocó en un bastión irresistible a lo largo del flanco derecho, sobre todo en la primera parte. Ambos evidenciaron que se compenetran perfectamente, tal cual prueban en el City semana tras semana. De esa asociación sacó el entrenador luso, tajada Fernando Santos, un ‘viejo zorro’ de los banquillos. Era un partido especial para Ronaldo, que regresaba a la casa del Sporting de Lisboa, el club que lo catapultó recién llegado de la isla de Madeira. Seguro que todos aquellos recuerdos pululaban por su mente en el día en que alcanzó las 188 internacionalidades. Tal se reveló su ímpetu que (raro en él) se hizo acreedor a una tarjeta amarilla en la segunda parte debido a una entrada a destiempo. Ahora, después del 4-0 a Suiza, prometió jugar la baza de asegurar el liderazgo del grupo para aprovechar que la selección española inició esta primera tanda de partidos con dos empates, comenzando precisamente por el cosechado frente a Portugal en Sevilla. Y, sí, el combinado rojiverde puso los medios para no dejarse sorprender por los checos, hasta ahora una de las realidades más inesperadas de la competición. No era una noche para entonar ningún fado, todo lo contrario. Y los chicos de Fernando Santos redoblaron esfuerzos para lograr un triunfo que puede acabar siendo fundamental ante los 44.000 espectadores que se dieron cita en las gradas y crearon un gran ambiente.
