El GP de Canadá ha sido una de cal y otra de arena para Alpine: el subidón del segundo puesto en la clasificación del sábado de Fernando Alonso se tradujo en la carrera en jarro de agua fría por una mala estrategia que dejó al asturiano fuera del podio, en séptima posición.

Pese a la buena salida, el bicampeón del mundo fue perdiendo posiciones por la poca vista de la escudería francesa en las paradas, donde los rivales acabaron pasando por encima de él.

En las últimas vueltas, y con Esteban Ocon, su compañero, por delante, le dieron órdenes a Alonso de que mantuviera la posición pero el asturiano, con tono tirante, mostró su desacuerdo.

«Incluso con problemas en recta soy cien veces más rápido este fin de semana», espetó, dejando caer que lo que debería hacer Alpine era permitirle adelantar a su compañero.

Finalmente, Alonso entró en séptima posición y Ocon sexto en una carrera que venció el líder Max Verstappen y en la que Carlos Sainz, que salía tercero, logró el segundo cajón del podio.

«La suerte no acompañó, como es habitual»

Tras la carrera, Alonso atendió a los medios y achacó a la mala suerte la séptima posición que mantuvieron «de milagro» en la última vuelta: «La suerte no acompañó, como es habitual», dijo el asturiano, que aseguró que es «una pena» el problema con el motor, refiriéndose a su conflicto con el KERS.

Alpine no estuvo a la altura en Canadá con Alonso

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