Prosigue Carlos Alcaraz su camino, embalado hasta quién sabe dónde: ganando partidos, batiendo récords y acumulando adjetivos de asombro hacia su tenis, que parece no encontrar límites. Añadió a su raqueta una muesca indeleble: jugó dos partidos en apenas ocho horas y ambos los superó para alzarse con su primer Conde de Godó.

Facebook Comments