Gareth Bale es un futbolista de talla mundial, aunque esté empeñado en no lucirse con su club. Jugador residual en el Real Madrid, más por intención propia que por su entrenador, con Gales se transforma en cada partido que disputa.
La última prueba de su compromiso con su selección es el partidazo que se marcó sobre la Austria de David Alaba. El capitán de los dragones puso inicio a su exhibición cuando pidió tirar una falta justo delante del área, escorada pero perfecta para su zurda.
Cogió tres pasos de carrerilla, resopló y mandó un disparo directo a la escuadra de Heinz Lindner, que acabó hincando la rodilla. Un golazo sin paliativos en el City Stadium de Cardiff.
#WALAUT
Wales 1-0 Austria |
GOAL! Bale. pic.twitter.com/5ATqKaGjVI— ꜰᴀꜱᴛ ɢᴏᴀʟꜱ ⓶ (@iF27s) March 24, 2022
A los cinco minutos de la reanudación, Bale demostró que no solo sabe jugar a balón parado, sino también puede asociarse con sus compañeros. Una jugada ensayada que arrancó en un córner acabó con él cruzándose en el punto de penalti para disparar por el único hueco posible y poner el 2-0.
Los tantos fueron clave para la victoria sobre Austria por 2-1.
GARETH BALE AGAIN! 2-0 WALES #WALAUS pic.twitter.com/lXZVEwcpqy
— ُ (@Asensii20) March 24, 2022
Bale es uno de los casos más complejos que tiene el Real Madrid en su plantilla desde hace tiempo. Pese a que es uno de los que más cobran, su participación a las órdenes de Ancelotti es meramente testimonial.
En lo que va de temporada ha jugado 5 partidos y ha anotado un gol, algo que se antoja un muy pobre rendimiento con respecto a su potencial. Pero no sólo es esa falta de minutos lo que enfada a un buen sector de la afición madridista, sino su actitud. El pasado fin de semana, ante el Barça, no estaba disponible por unas molestias en la espalda que desaparecieron según se puso la camiseta de Gales. La actitud de Bale, que acaba contrato a final de esta temporada, es lo que más va a pesar cuando deje el equipo de manera definitiva, pese a los golazos y grandes actuaciones que dejó en el pasado.
