La moralidad y la apariencia son cuestiones que han preocupado a la humanidad a lo largo de su historia. «La mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo», aseguró el futuro emperador romano hace más de dos mil años antes de divorciarse de su esposa Pompeya, dictando una de las frases más elocuentes sobre probidad y honradez. En el entorno del Barcelona se han acordado ahora de la exesposa de Julio César al trascender el interés por Raphinha, un extremo zurdo y brasileño muy habilidoso que se ha consolidado en la selección de Tite. Algo que no debería levantar suspicacias salvo por el detalle de que está representado por Deco, el talentoso exjugador que destacó en el club azulgrana junto a Ronaldinho y Rijkaard en la primera década de este siglo XXI y que ahora forma parte del organigrama de la entidad. Una de las decisiones de Joan Laporta cuando accedió a la presidencia fue recuperar talento echando mano de exfutbolistas que habían marcado una época y premiar los apoyos recibidos durante la campaña electoral. Uno de los escogidos fue Deco, nombrado ‘scouting’ para los mercados de Brasil y Portugal. En este sentido, hay que destacar la experiencia del excentrocampista, que, tras colgar las botas en 2013, fue captado por Gestifute, la agencia de representación de Jorge Mendes. El afamado agente ya vio entonces en el portugués la posibilidad de extender sus tentáculos al Barcelona y facilitó que Deco pudiera formar parte de la red de agentes de su compañía en territorio brasileño. El exjugador aprendió rápido, se emancipó y fundó su propia agencia de representación, D20 Sports, captando a futbolistas de origen brasileño o portugués, como Raphinha (Leeds United) o Caio Henrique (Mónaco), aunque también asiste a jugadores de otras nacionalidades como Edmond Tapsoba, burkinés del Bayer Leverkusen. La presencia de Deco en el organigrama deportivo del Barcelona y su intermediación en las negociaciones con el Leeds para fichar a Raphinha, jugador que representa, alimenta dudas y recelos por la posibilidad de incurrir en un conflicto de intereses, ya que no se puede censurar que haya quien piense que, en vez de cumplir con lo debido, podría guiar sus decisiones o actuar en beneficio propio. En este sentido, cabe recordar la actitud ejemplar que tuvo Sandro Rosell cuando decidió presentar su candidatura a la presidencia del Barcelona, en 2010.En ese momento vendió todas sus empresas relacionadas con el marketing deportivo y la industria del fútbol, una de las primeras decisiones que abordó. «Si gano la presidencia del Barça, venderé BSM», anunció el entonces candidato sobre la firma, especializada en asesorar en patrocinio deportivo, consultoría estratégica de marketing deportivo y organización de eventos, y que facturaba seis millones de euros. Se da la circunstancia que Deco ha llegado para ocupar el puesto del controvertido André Cury, el ojeador brasileño que se vinculó al Barcelona junto a la llegada de Neymar y que estuvo constantemente en el foco de la polémica por numerosas comisiones silenciadas por algunos jugadores que llevó al club y que no solo no triunfaron sino que alguno ni llegó a debutar (Henrique y Keirrison costaron 22 millones). Una auditoría desveló que percibía 700.000 euros anuales (diez veces más que el empleado mejor pagado del club). 35 millones por Raphinha La más que posible salida de Ousmane Dembélé este próximo verano ha provocado la búsqueda de un extremo que pueda reemplazar al francés. Uno de los nombres sugeridos es el del pupilo de Deco, Raphael Dias Belloli, más conocido por Raphinha, y al que el luso ya está tratando de desvincular de su actual equipo, el Leeds, con el que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2024 y una cláusula de 75 millones de euros. El Barcelona ya le habría hecho llegar al club inglés una oferta de 35 millones por un futbolista que también está en la agenda del Liverpool y del Bayern. Si la operación se concreta, la entidad azulgrana deberá ser muy transparente con el coste de la operación y las comisiones que ha pagado.
