Cuentan en Riga que un hombre hercúleo, Lielais Kristaps (Gran Cristóbal), fundó la ciudad con las monedas de oro que le dejó un niño al que ayudó a cruzar sobre sus hombros el río Daugava. Aunque resulte increíble, es la historia de san Cristóbal trasplantada al Báltico. En realidad, Riga la fundó un obispo-guerrero alemán, Albert von Buxhoeveden, en el siglo XII para cristianizar estas tierras, al frente de su orden de caballería, los Hermanos Livonios de la Espada. Probablemente fue quien trajo el culto a san Cristóbal que hoy es patrón de la capital de Letonia, el nombre Kristaps es muy común y hasta los goyas del cine letón son un Lielais Kristaps.

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