La compra del Newcastle por parte de un consorcio liderado por un fondo de inversión saudí no es más que la confirmación de una operación que ya venía de lejos. Ni las constantes quejas de los hinchas (que al final lo han aceptado con jolgorio) ni las denuncias públicas de estamentos como Amnistía Internacional han evitado que se produzca la operación, que coloca a las ‘urracas’ como un nuevo club-estado que va a rivalizar directamente con el Manchester City por la hegemonía en la Premier League.

Al frente del proyecto está una de las figuras más preponderantes de Oriente Medio: el príncipe heredero, ni más ni menos, al trono de Arabia Saudí. Mohamed bin Salmán se tomó como un reto personal conseguir la compra del Newcastle, aunque por el camino ha tenido que superar una alfombra de críticas regadas con acusaciones de asesinato incluidas.

A efectos prácticos es Mohamed bin Salmán quien dirige el país, ya que el rey Salmán bin Abdulaziz sufre de Alzhéimer desde hace tiempo.

¿Un reformista o un asesino?

Desde que tomó las riendas de Arabia, la máxima del príncipe Bin Salmán ha sido acabar con la corrupción del país. ‘MBS’ es, oficialmente, Ministro de Defensa de su país y una de sus primeras decisiones fue una macrorredada masiva contra la corrupción del régimen. Se arrestó a más de 500 personas, incluidos multimillonarios, en un hotel de lujo de Riyad y se confiscó una cifra cercana a los 600.000 millones de euros. El gobierno se quedó con unos 100.000 millones directamente para sus arcas.

Sus seguidores le consideran un aperturista, y el deporte es una de sus apuestas más firmes para blanquear las faltas de respeto sobre los derechos humanos. Tras abrir la mano hacia las mujeres (desde hace poco más de un año pueden conducir y ha liberalizado un poco la vestimenta), fomentó la entrada de competiciones como el Dakar, la Fórmula 1 que se estrena este año allí o las Supercopas de varios países, incluida la de España.

Sin embargo, todo queda opacado por dónde aparece su nombre: está directamente implicado en el asesinato de Jamal Khashoggi, el periodista crítico con el régimen saudí, en 2018. La CIA le apunta directamente como principal inductor de la orden para secuestrar y/o matar al reportero. Bin Salmán siempre ha negado ser conocedor de lo ocurrido, si bien asumió su responsabilidad por ser el gobernante efectivo de quienes lo descuartizaron.

Una fortuna incalculable

Es muy difícil saber cuánto dinero tiene Mohamed Bin Salmán, porque ni él mismo lo sabe. Las estimaciones más pesimistas le dan unos 320.000 millones de euros (once veces la del dueño del Manchester City), a lo que hay que unir propiedades como un castillo a las afueras de París, el Chateau Louis XIV de 230 millones y considerado la casa más cara del mundo, el yate ‘Serene’ (485 millones) de 130 metros de eslora con capacidad de albergar un submarino, o el ‘Salvatore Mundi’ de Leonardo Da Vinci, el cuadro más caro de la historia. Le costó 389 millones y lo conserva en la citada embarcación.

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