Cuenta el catedrático de Ingeniería Química de la Universidad de Santiago de Compostela Gumersindo Feijoo que tendemos a pensar que muchas ideas o términos coetáneos son exclusivos del tiempo que nos ha tocado vivir. Como los coches eléctricos, inventados en el siglo XIX, incluso antes que los de motor de combustión, o el concepto de economía circular, que lejos de ser moderno se remonta a los tiempos en los que la escasez afianzó la filosofía del aprovechamiento máximo de los recursos. Un buen ejemplo de economía circular, afirma Feijoo, es la vieira, ese molusco bivalvo tan característico de Galicia y tan ligado al actual Año Jacobeo. No en vano su concha es el símbolo por antonomasia del Camino de Santiago, una concha que antaño se les entregaba a los peregrinos tras visitar la tumba del apóstol.

De la vieira todo es aprovechable. Por una parte, su carne es considerada un manjar desde hace siglos, y por otra, su concha ha tenido siempre múltiples usos: recipiente apto para el horno, instrumento de percusión, utensilio para beber, cenicero… «Su caparazón triturado, compuesto de carbonato cálcico, se ha utilizado históricamente en agricultura para neutralizar la acidez de los suelos –explica Feijoo–. Y en la arquitectura vernácula de Galicia se usaban sus conchas en las zonas costeras como capa impermeable. No solo eso: dentro de las opciones constructivas, la concha de la vieira se usó para obtener la caliza durante la construcción de la catedral de Santiago».

Capilla de San Caralampio cubierta de conchas de vieira.

Feijoo es coautor de un reciente artículo científico en el que, tras analizar la vieira desde un punto de vista ambiental, se concluye que este marisco es uno de los alimentos que más proteínas aportan a la dieta y menos huella de carbono generan. Sin duda, un ejemplo de sostenibilidad que perdura a través de los tiempos.

Una vieira, símbolo del Camino de Santiago.

Este artículo pertenece al número de Septiembre de 2021 de la revista National Geographic.

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