Madrid Actualizado: Guardar

Los once metros coronaron a Italia en una Eurocopa rebosante de emoción en la que se jugaron ocho prórrogas y cuatro tandas de penaltis. Un torneo marcado, también, por el coronavirus y sus nuevas reglas, entre las cuales está la posibilidad de llegar a los seis cambios en caso de que un partido se vaya a la prórroga. Algunos seleccionadores, como Southgate en la final o Luis Enrique en los cuartos, se guardaron una carta para afrontar los penaltis, sacando a un especialista cuya única misión era acertar su lanzamiento. El resultado, sin embargo, no fue el esperado, pues tanto Rodri como Rashford y Sancho fallaron. Antes, en la final de la Europa League entre Villarreal y United, ocurrió lo contrario, ya que todos los que entraron para la tanda (Raba, Tuanzebe, Telles, James y Mata) metieron su penalti. Se puede decir, por tanto, que hay debate.

En este sentido, el fútbol se divide en dos corrientes. Por un lado, los que sostienen que es mejor tener sobre el campo a quien está acostumbrado a afrontar este reto, aunque ello suponga tener que sacarlo justo antes del pitido final. Y por otro, los que dudan de su eficacia, cuestionando la conveniencia de que alguien que no ha jugado ni un solo minuto asuma una responsabilidad así. En el grupo de los primeros, aunque con matices, está Rafa Mir, delantero del Huesca y habitual tirador de penaltis. «No lo veo mal. Al final son especialistas», dice a ABC. «Eso sí, la apuesta te puede salir bien o mal. Meter un penalti no es fácil y mucho menos en esa situación», apunta en referencia a la final. José Galán, que además de futbolista es psicólogo deportivo, tiene una visión distinta: «Hay que tener en cuenta el estado anímico del jugador. Rashford y Sancho apenas habían tenido oportunidades y sacarlos en la final quizá no fuera lo mejor». En su opinión, entrar con la única responsabilidad de meter el penalti es «una manzana envenenada»: «No premian tu rendimiento y la presión es aún mayor. Tienes poco que ganar y mucho que perder: la lógica dice que tienes que marcar, pero en la final fallaron los dos».

En estas situaciones, los jugadores suelen entrar en contacto con la pelota por primera vez cuando lanzan el penalti, algo que, según Galán, también puede influir: «Los primeros toques suelen ser de seguridad para ir ganando confianza. Si entras para la tanda, no estás en la dinámica del partido y a lo mejor no has cogido la confianza que se adquiere con los minutos». Misma opinión tiene Abel Resino, exportero y entrenador: «No soy partidario, ya que se carga al jugador con una responsabilidad mayor. Desde el punto de vista físico, un futbolista puede golpear un penalti sin calentar porque está preparado, pero mentalmente es otra cosa. Asumir esa misión sin haber estado en contacto con el balón y el equipo es difícil. Si hubieran salido antes quizá habrían llegado con más confianza», apunta.

Salva Ballesta, exdelantero, considera que no es «descabellado», aunque cree que «no es algo diferencial»: «Personalmente, no cambiaría a un jugador solo para la tanda. Hay un tensión durante el encuentro, también un factor mental, y el que entra en ese momento no está en esa dinámica. El devenir de un partido, saber si has estado bien o mal, también es fundamental. En principio, el que entra es un especialista, pero sale frío y solo para esa acción, lo que le puede penalizar. Es una estrategia propia de algunos entrenadores, ya que en el fútbol cabe todo».

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