El presidente Juan Orlando Hernández reveló hoy conversaciones de un grupo de narcotraficantes hondureños que fueron grabadas por un infiltrado de la Agencia de Control de Drogas (DEA), de Estados Unidos, y en las que se revela que nunca pudieron comprarlo, manipularlo ni intimidarlo, destapando las mentiras en su testimonio falso.

En la reuniones que se dieron, una en noviembre de 2013, antes de las elecciones, y otra en diciembre, cuando él se convierte en presidente electo, participaron Devis Leonel Maradiaga «El Cachiro», Carlos Arnoldo Lobo, Héctor Emilio Fernández Rosa y Yankel Rosenthal.

En estas grabaciones se desvirtúan los falsos testimonios brindados de forma sistemática por estos narcotraficantes en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

En las conversaciones los narcotraficantes aseguraron que Hernández Alvarado no se podía comprar ni manipular y que si ganaba las elecciones sería «una catástrofe», por lo que planearon asesinarlo y hablaron que en el atentado además morirían otras 100 personas, indicó el mandatario en comparecencia de prensa desde el Salón Morazán del Palacio José Cecilio Del Valle, sede de Casa Presidencial de Honduras.

«Es ofensivo lo que sale de New York, es indignante, ofensivo ver que los testimonios obviamente falsos de los narcos son tratados como palabra santa y es extraño que la oficina de Nueva York, que se supone que debe impedir los testimonios falsos, esté demasiado ocupada para investigar y descubrir que están utilizando testimonios falsos», manifestó el gobernante hondureño.

«Estas grabaciones demuestran que el testimonio actual de los narcos es una mentira. Hoy afirman que en 2013 habían hecho un trato conmigo, que habían comprado la impunidad, pero sus propias conversaciones en 2013, sus propias palabras, habladas en privado entre ellos, demuestran que nada de eso es cierto. Todo es una mentira que están contando al tribunal, y esperando que la Llave Mágica les salve», aseguró Hernández.

A continuación las declaraciones del gobernante hondureño:

Antes de comenzar, debemos dejar clara una distinción importante. En reciente juicio en Nueva York, el Gobierno de Honduras no tiene ningún interés ni ninguna opinión con respecto a los participantes o al resultado.

Sin embargo, lo que es un asunto aparte, es el uso en Nueva York de testimonios falsos que atacaron deshonestamente a Honduras, que atacaron a sus instituciones y funcionarios públicos, y que falsificaron la historia. El uso y la repetición de testimonios evidentemente falsos, de mentiras evidentes, es indignante. Francamente, es muy ofensivo porque es perverso.

Estamos viendo cómo los titulares se conforman con la repetición de lo que no son sólo mentiras, sino que son mentiras evidentes. Hoy tengo una información importante. Ya no es posible negar o dudar que los narcos están dando falsos testimonios porque la verdad está documentada en forma de grabaciones secretas y fueron presentadas por la DEA en un juicio.

En el 2013, la DEA tenía un infiltrado que estaba en las reuniones de los narcos en Honduras. El año es significativo: recuérdese que el año 2013 es, según sus falsos testimonios, cuando los narcos afirman que tenían todo arreglado conmigo, supuestamente a su medida, ya que me estaba postulando a la presidencia de Honduras.

Pero eso es una mentira evidente y hay pruebas. Tenemos las transcripciones. Y estos son documentos del Gobierno de los Estados Unidos. Estos son documentos judiciales que son producidos por fuentes oficiales del Gobierno.

Lo que las grabaciones de audio revelan que los falsos testimonios son eso, mentiras premeditadas. Los titulares deberían ser: «Las grabaciones de la DEA destapan y derriban el falso testimonio sistemático de los narcos».

Las grabaciones muestran la situación real. La primera grabación es del 7 de noviembre de 2013, es decir, dos o tres semanas antes de las elecciones presidenciales del 24 de noviembre y los narcos ya habían visto que yo había impulsado la extradición, a pesar de todos sus intentos por detenerla. Había impulsado la extinción de dominio para confiscar los bienes de los delincuentes. Y esa ley acababa de ser utilizada para confiscar los bienes de los Cachiros en septiembre de ese mismo año.

Y vieron que yo había creado, con el apoyo de los diputados del Congreso Nacional, la Policía Militar del Orden Público, lo que significaba que su control sobre la Policía Nacional no les daría la impunidad a la que se habían acostumbrado. Ahora estaban en problemas. Y la nueva Policía Militar se había presentado por primera vez al público, el 15 de septiembre, demostrando que, aunque la nueva fuerza aún no estaba en funcionamiento, era algo real. No era una promesa de campaña, era un hecho.

De hecho, en la grabación los narcos expresan su terror de que la Policía Militar se movilice contra ellos. Así que los narcos sabían que hablaba en serio cuando decía que para recuperar la paz del país, yo Juan Orlando Hernández iba HACER LO QUE TENGA QUE HACER.

Y aquí tenemos el audio de los narcos en esta reunión del 7 de noviembre, y los nombraré para ustedes y para el mundo: Devis Leonel Rivera Maradiaga, el Cachiro; Carlos Arnoldo Lobo, el Negro Lobo; Héctor Emilio Fernández Rosa, Don H.; Yankel Rosenthal Coello. De lo que te darás cuenta es que todas estas personas, sin excepción, terminaron en la cárcel en los Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotráfico.

Así que los narcos están siendo grabados en secreto por un operativo de la DEA y lo que está claro es que los narcos están preocupados por lo que significará para ellos que Juan Orlando Hernández gane las elecciones. Para ellos será una catástrofe. Se acabó el juego. Porque lo que se demuestra en la grabación de audio es que conmigo no tenían trato, ni protección, ni esperanza.

Así que, faltan menos de tres semanas para las elecciones, y han visto lo que yo he hecho, sus intentos de acercarse a mí no han dado resultados y están preocupados.

Uno de los narcos describe una conversación sobre cómo unos sicarios mexicanos podrían matarme, que tal vez 100 personas morirían en el intento.

Ahora, cuando los narcos están describiendo un aparente deseo de matarme, había un infiltrado de la DEA presente, grabando la conversación. Es interesante, porque hoy puedo decir que el Gobierno de los Estados Unidos, que yo recuerde, no nos informó que esas personas estaban discutiendo la opción de intentar matarme. Al menos no esa vez, pero para ser justos, unos años después, en algunas ocasiones el FBI, en algunas ocasiones el embajador acreditado aquí, sí acudió a mí cuando detectaron planes de diferentes narcos para matarme, que afortunadamente no tuvo éxito, y agradezco a las autoridades estadounidenses por esa advertencia.

Ahora, lo que los narcos dicen en las grabaciones es que Juan Orlando no va a tratar con ellos, que no se va a comprometer con ellos. Tratan de poner excusas para explicar por qué no han podido hacer un trato conmigo.

Dicen repetidamente que soy «arisco», lo que significa que no voy a tratar con ellos. Uno de los narcos dice que es [«bien arisco»]. El otro de acuerdo responde «bien arisco». De nuevo vuelven al tema, y dicen «él es súper arisco, súper, súper arisco». O sea, que no soy una persona con la que puedan tratar y se sienten frustrados por ello. Es decir, lo que realmente decían en 2013 es lo contrario a su falso testimonio de ahora.

En esencia, los criminales están diciendo que este es un tipo al que no podemos comprar, al que no podemos manipular y al que no podemos intimidar. Están diciendo que Juan Orlando Hernández no es un hombre con el que puedan trabajar. Ni siquiera es un tipo al que podamos acercarnos porque se mantiene alejado de nosotros. Comprendieron que tenían un problema.

De hecho, los Cachiros le dijeron a su estructura, escuchen, tienen que evitar que la gente vote por Juan Orlando y allí están los resultados de las elecciones del 2013 en los territorios que ellos controlaban. A pesar de eso, gané de todos modos. Es obvio de qué lado estaban. Se opusieron a mi elección abiertamente.

Luego hay otra reunión de los narcos, Devis Leonel Rivera Maradiaga, el Cachiro; Carlos Arnoldo Lobo, el Negro Lobo, y Nicolás Rivera después de las elecciones, el 3 de diciembre de 2013, cuando saben que Juan Orlando será presidente y donde los narcos dicen sin tapujos, ahora sí nos va a derrotar, realmente la palabra que usaron no fue realmente «derrotar»; usaron otra palabra, una palabra corta y vulgar, pero eso es lo que significó.

Así que están grabados en una cinta días después de mi elección mostrando que conmigo los narcos no tenían trato, ni protección, ni influencia, ni impunidad, ni esperanza, ni futuro. Estaba perfectamente claro que las medidas que tomé nunca las habría tomado ningún líder que estuviera involucrado con los narcotraficantes o intimidado por los narcos.

Lo que hice antes de ser presidente de la República demostró que lucharía contra los narcos y los llevaría ante la justicia. Comprendieron que conmigo se acabó el juego. Y por supuesto que lo sabían, porque yo jamás negociaría con ellos; si quisieran un acuerdo tendrían que buscarlo en otra parte, tal vez en Estados Unidos.

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