Los éxodos migratorios desde el Triángulo Norte han adquirido una dimensión humanitaria dramática con la modalidad de las caravanas que arrastran a miles de centroamericanos a cruzar fronteras esperanzados y rápidamente desencajados y desbordados por la pesadilla del camino en la ruta hacia los Estados Unidos.
Aunque las autoridades de Guatemala y Honduras han reportado que la caravana migrante que salió de la ciudad de San Pedro Sula el pasado 30 de septiembre se disolvió y la mayoría de los integrantes fueron deportados, para el sociólogo Ricardo Puerta este es un capítulo que se cierra el próximo 3 de noviembre, justamente con las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
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