Isdro de Pablo, Blanca Narváez, la periodista María José Bosch, María Benjumea, Guillermo Fernández y Paloma Bel, en la presentación del estudio GEM en la Comunidad de Madrid, este martes en la UAM. | FOTOS: Alberto Orellana

El Observatorio de Emprendimiento Global en España (GEM por sus siglas en inglés), analiza cada año la actividad emprendedora a nivel nacional e internacional. Por segundo año consecutivo, además, ha afinado el análisis a nivel regional. Madrid fue ya “pionero” en este tipo de estudio, que busca “conocer las dinámicas y evolución de los ecosistemas” a dicho nivel. Este martes, Isidro de Pablo ha presentado los datos de ‘Actividad emprendedora en la Comunidad de Madrid’ en 2018 en la Universidad Autónoma de Madrid.

De las palabras del director del GEM en la Comunidad de Madrid, se deprende que es un ecosistema “potente” en infraestructuras, posicionamiento y número de inversores. En estos últimos con mejores resultados que Barcelona, según María Benjumea (Spain Startup), a pesar de tener esta “más experiencia” emprendedora. Según el informe, la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) en Madrid es de un 7,2%, frente a la media española del 6,4%. Ha habido un evidente “cambio de mentalidad”, ha defendido Benjumea.

Madrid está generando un ecosistema fuerte entre universidades, instituciones, administraciones y entidades privadas, ha comentado Paloma Bel. “Ya no vamos por libre”, ha dicho la directora del programa Compluemprende de la Universidad Complutense. La capital es un “puente” con el mercado de Latinoamérica y Europa. Según los expertos, ha señalado De Pablo, España es “líder en infraestructuras” y Madrid en “programas de iniciativa emprendedora” (como el South Summit orquestado por Benjumea.). Pero desarrollamos un emprendimiento “de mercado interno”, ha contrapuesto.

Esto implica menor competitividad, al no ser un ecosistema totalmente internacionalizado. ¿Las causas? Según el informe, Madrid (y España) tiene un “déficit” formativo (escolar y profesional) en emprendimiento, y “una tarea pendiente” con las barreras administrativas. Para Guillermo Fernández esto conduce al escaso mercado financiero y a la falta de acceso a talento internacional. “Conseguir que un brasileño o un americano trabajen en Madrid es burocráticamente un infierno”, ha denunciado el CEO de Zankyou.

En la región predominan los proyectos autofinanciados, con tecnologías “moderadamente innovadoras (cinco años de antigüedad) y cuyos emprendedores apenas tienen estudios de postgrado (10-15%). El mayor potencial de actividad se encuentra en las zonas sur y este. Las mismas donde, paradójicamente, “se quiere emprender más, pero se hace menos”, ha apuntado De Pablo. Entre otras razones porque, si se emprende se hace “más por necesidad” que por oportunidad. Los emprendedores madrileños tienen “autoconfianza” pero “miedo al fracaso”, predominante en toda la región salvo en la capital, según el GEM.

Para mejorar tanto el sistema educativo como el fomento del emprendimiento innovador, deben visibilizarse los casos de éxito. Ejemplos de “cómo emprender, pero exitosamente”, ha recalcado Fernández, quien de la Administración espera, lejos de apoyo, que “al menos no dificulte mi actividad emprendedora”.

Hay que trasladar el conocimiento del ecosistema a los jóvenes, especialmente desde la universidad. “Es un tema de contagio”, ha comentado De Pablo. Alerta de que en la universidad “no hay un sistema establecido para comunicar el éxito a los profesores”. “Los que se implican son evangelizadores”, ha dicho. “No sólo no se paga, sino que se penaliza”, ha criticado Blanca Narváez. Las exigencias de calidad “van por otros derroteros” para los docentes, ha explicado la directora de la Fundación Junior Achievement.

Por otro lado, Madrid sigue a varios años de lograr la igualdad de género (al menos seis, según De Pablo) en el ecosistema emprendedor. Según el informe del GEM emprenden más hombres que mujeres, aunque la tendencia es la “convergencia”, ha dicho el catedrático en Organización de Empresas. Paloma Bel ha dicho no detectar diferencias de género en la universidad “ni en las ideas ni en los proyectos”. Pero sí reconoce que la familia o la administración son aspectos sociales importantes para fomentar el emprendimiento por igual. “Cuando los universitarios llegan, muchas veces es demasiado tarde”.

Y debe hacerse desde pequeños, pues el emprendimiento se desarrolla en la etapa adulta, pero “se nutre desde la infantil”, ha transmitido Narváez. Los roles emprendedores, y además los femeninos, son especialmente importantes. Dar difusión y visibilidad a los roles femeninos es “clave”, ha señalado Fernández. Y no es que no haya, sino que “no se conocen”. “Las seis empresas tecnológicas más grandes del mundo, las seis, tienen como CEO en España a una mujer”, ha ilustrado.

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