Kepa ArrizabalagaDerechos de autor de la imagen Getty Images
Image caption Kepa aseguró que se trató de una confusión y que él estaba bien.

El «motín del Chelsea» pasará a la historia como una de las imágenes más surrealistas que se han visto sobre un campo de fútbol.

Y sucedió en los minutos finales de la prórroga de la final de la Copa de la Liga de Inglaterra que terminó ganando el Manchester City en la definición por penales.

Pero tanto el título del conjunto de Pep Guardiola como las incidencias del partido, incluido el buen planteamiento del Chelsea, quedaron completamente opacados por el incidente protagonizado por Kepa Arrizabalaga junto al técnico del club londinense, Maurizio Sarri.

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Image caption Ni Sarri ni su asistente, Gianfranco Zola, pueden entender el comportamiento del portero español.

El portero español se negó a salir del campo cuando el entrenador italiano quiso sustituirlo al final del tiempo suplementario en una escena que tanto futbolistas, analistas, periodistas o aficionados aseguran nunca se había visto en el fútbol, o por lo menos no en el marco de un partido como el jugado este domingo en Wembley.

Lo que pasó

Kepa había tenido que ser atendido por los médicos del club al sufrir calambres en sus piernas tras ser exigido en dos acciones diferentes por disparos del argentino Sergio Agüero.

Viendo las molestias de su arquero, Sarri ordenó la entrada del portero suplente en su lugar, el argentino Willy Caballero, para que fuera el encargado de atajar en la inminente definición por penales, una de sus especialidades.

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Image caption El portero español tuvo que ser atendido por calambres dos veces en la prórroga.

En el siguiente acto se vio a Kepa haciendo claras señales con sus dedos y gritando, «¡No!», siendo evidente que no tenía ninguna intención de obedecer la decisión de su entrenador.

La negativa enfureció a Sarri, quien no pudo controlar su rabieta y se fue al túnel de los vestuarios ante la mirada desconcertada de Caballero, que tuvo que moverse varias veces entre el banquillo y el borde del campo.

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Image caption Fue por eso que el técnico Maurizio Sarri pidió al argentino Willy Caballero que se preparara para entrar en el campo justo cuando se informaba de los tres minutos de descuento en la prórroga.

El árbitro Jonathan Moss tuvo incluso que acercarse a Sarri para explicarle que Kepa no iba a salir del campo y que por reglamento el partido tenía que continuar.

Kepa logró detener el disparo de Leroy Sané en la tanda de penaltis luego que se le escurriera el disparo de Agüero entre sus manos, pero no pudo evitar la victoria del City por segundo año consecutivo en la Copa Carabao.

Lo que se dijo

Tanto Sarri como Kepa trataron de restarle importancia al asunto asegurando que se trató de una confusión y falta de comunicación,

El exdelantero del Chelsea, Chris Sutton, calificó como «motín» lo que hizo Kepa y dijo que el portero no debería jugar para el club otra vez.

«Esa debería ser su última actuación con la camiseta del Chelsea», le dijo Sutton a la BBC.

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Image caption Pero Kepa se negó a salir, incluso ante la insistencia de sus compañeros de equipo.

«Él es una vergüenza. Nunca he visto nada como eso».

Lo ocurrido también opacó el partido y el buen planteamiento de Sarri, quien llegaba a la final con su cargo colgando de un hilo luego de una pésima racha de resultados y numerosas críticas por su estilo de juego.

«Si yo fuera Sarri me iría«, agregó Sutton, agregando que el portero debería ser despedido ya que hizo «lo peor que le puede pasar a un entrenador».

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Image caption El árbitro Jonathan Moss tuvo que intervenir para poder continuar con el partido.

Misma opinión comparte Jermaine Jenas, exseleccionado de Inglaterra, quien calificó la acción de «falta de respeto».

Jemas también criticó a Sarri por su «falta de clase» luego que el técnico italiano abandonara el terreno de juego sin mediar palabra con sus jugadores o el equipo contrario tras el final del partido.

Para el especialista de BBC Sport, Phil McNulty, que el «vergonzoso acto de insubordinación de Kepa» le ha restado todo tipo de credibilidad a Sarri como entrenador del Chelsea.

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Image caption Dejando a Caballero perplejo en el banquillo y a Sarri con una rabieta dirigiéndose al túnel de vestuarios.

«Por supuesto que el portero de 24 años debe asumir la mayor parte de culpa«, escribió McNulty, pero que hay una realidad en el fútbol que no siempre termina castigando al responsable.

«Si el fútbol operara con reglas normales Kepa estaría señalado y su carrera en el Chelsea en entredicho».

«Pero en lugar de eso la atención está en Sarri», concluyó.

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