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Image caption AMLO tomó posesión del cargo de presidente este 1º de diciembre, que ocupará hasta 2024.

La última vez que Andrés Manuel López Obrador estuvo en la Cámara de Diputados era 2005, cuando enfrentó un proceso de desafuero.

Era el alcalde del Distrito Federal, como se llamaba la Ciudad de México, pero desde entonces se perfilaba como un popular candidato presidencial.

A los diputados que le retiraron la inmunidad, López Obrador les dijo: “Ustedes me van a juzgar, pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí nos juzgue la historia”.

Trece años después volvió al Palacio Legislativo, ahora para rendir protesta como presidente de México.

Vaya paradoja. Es el mismo recinto en el que estaban algunos legisladores que, en 2005, aprobaron el desafuero de AMLO, como se conoce en México al presidente.

Pero la situación es distinta. En ese entonces los diputados, de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI), eran los grupos parlamentarios más grandes.

El partido que respaldaba a López Obrador, de la Revolución Democrática, era minoría.

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Image caption AMLO fue investido tras la «toma de protesta» que ordena la Constitución mexicana.

Ahora es el presidente más votado en la historia de México, y los aliados que le respaldan forman una abrumadora mayoría.

Un activista que recordaba la anécdota dice: “Parece que AMLO tenía razón: la historia juzgó a todos”.

La batalla de los gritos

El episodio es uno más de los que marcaron la ceremonia de este 1 de diciembre, cuando López Obrador se convirtió en presidente constitucional.

El mandatario fue interrumpido varias veces en su discurso por legisladores del PAN, quienes mostraron pancartas con leyendas como “Que baje la gasolina” o “Democracia sí, autoritarismo no”.

También protestaron, con gritos, por el plan de AMLO de no perseguir, desde la presidencia, los casos de corrupción de los últimos gobiernos.

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Image caption «Que baje la gasolina» o «Democracia sí, autoritarismo no» fueron algunas de las consignas durante la toma de protesta de AMLO.

Por momentos la sesión en la Cámara de Diputados se desordenó. Los diputados de Acción Nacional gritaban: “¡Justicia!”. Los aliados del presidente respondían: “¡Corruptos!”.

López Obrador dijo que empezaba su gobierno sin perseguir a nadie. “No apostamos al circo ni a la simulación”, aseguró.

Los opositores, entonces, corearon la cuenta del número 1 al 43, una de las consignas para recordar la desaparición de 43 estudiantesde la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, un suceso ocurrido el 26 de septiembre de 2014.

Desde el otro lado del recinto respondieron: “¡Cínicos!”.

Incluso López Obrador participó en el debate. En su mensaje habló de su plan para construir refinerías y suspender la importación de hidrocarburos.

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Image caption López Obrador habló durante más de una hora de sus futuras acciones de gobierno.

En la zona donde se sientan los diputados del PAN reaparecieron los carteles de protesta. Entonces AMLO, mientras los señalaba, respondió:

“Ahora resulta que quienes aprobaron el gasolinazome piden que baje la gasolina”. Decenas de risas se escucharon.

Hace cinco años, en este mismo recinto, legisladores del PAN y PRI aprobaron la Reforma Energética que suspendió los subsidios al precio de la gasolina.

El ausente y la “estrella de rock”

Además de López Obrador otros dos presidentes fueron protagonistas en la ceremonia… aunque por distintas razones.

Desde el inicio de la sesión de Congreso General, en una de las paredes se colocó una manta con la fotografía del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

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Image caption Algunos opositores se manifestaron contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, aunque este no llegó a tiempo para la ceremonia.

A un lado de la imagen mensaje: “Maduro no eres bienvenido”.

Casi al final de su discurso, AMLO agradeció la visita de los presidentes, vicepresidentes, legisladores y el rey Felipe VI de España.

Y mencionó a Nicolás Maduro. De inmediato decenas de opositores se pusieron de pie y despegaron la manta para llevarla frente a la tribuna donde estaba López Obrador.

Luego, con la mirada hacia el palco superior donde se encontraban los invitados especiales, gritaron: “¡Dictador!”, mientras agitaban el puño derecho.

Pero Maduro no estaba allí. Antes de empezar la ceremonia el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo a los periodistas que el vuelo del mandatario venezolano se había retrasado.

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Image caption Miles de mexicanos se reunieron en las inmediaciones del Palacio Nacional para celebrar el inicio del gobierno de AMLO.

Otro protagonista fue Evo Morales, presidente de Bolivia. Desde la primera vez que se asomó por el balcón de invitados, los diputados de izquierda trataron de llamar su atención:

Algunos saludaron con la mano, otros gritaron su nombre y algunas diputadas lanzaron besos. “¡Guerrero!”, gritaron.

Evo agradeció el saludo, y entonces decenas tomaron fotos con sus teléfonos celulares.

Algunos periodistas criticaron el gesto. “Ni que fuera estrella de rock”, dijo uno.

La incomodidad del expresidente

La ceremonia duró casi dos horas que parecieron largas para el ahora expresidente Enrique Peña Nieto.

Cuando llegó al Palacio Legislativo algunas personas que se encontraban afuera lo abuchearon, y otros reclamaron algunos de los escándalos durante su gobierno.

Al inicio de su discurso López Obrador agradeció al exmandatario que no hubiera intervenido en el proceso electoral, como sucedió con los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón.

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Image caption Algunos abuchearon al presidente saliente Enrique Peña Nieto.

Pero enseguida enumeró una larga lista de críticas a los gobiernos de las últimas décadas.

“La crisis de México se originó no sólo por el fracaso del modelo económico neoliberal aplicado en los últimos 36 años”, dijo.

“También por el predominio, en este período, de la más inmunda corrupción pública y privada”. Incómodo, Peña Nieto tocaba su barbilla, la cabeza, a veces la nuca.

Algunos diputados lo criticaron en carteles con frases como “Peña te espera la prisión”.

El expresidente permaneció casi toda la ceremonia en silencio. En un momento pareció discutir con el presidente del Senado, Martí Batres, quien estaba a su lado.

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Image caption López Obrador promete una «Cuarta Transformación» para México.

En una de sus frases finales, López Obrador dijo: “No tengo derecho a fallar”.

El expresidente, quien seguía sus palabras, desvió la mirada.

Cuando terminó la ceremonia se despidió de AMLO y los presidentes de la Cámara de Diputados, la Suprema Corte de Justicia y del Senado. Unos minutos después, con paso rápido, salió del recinto.

López Obrador bajó lentamente de la tribuna, rodeado de decenas de legisladores que le saludaban o se tomaban fotos con él.

Tardó 15 minutos en recorrer el pasillo hacia la puerta de salida, un tramo de unos 50 metros.

Cuando salió del Palacio Legislativo las personas que estaban afuera le aplaudieron.

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