La contaminación del aire es uno de los mayores riesgos medioambientales que existen para la salud mundial, responsable, según la Organización Mundial de la Salud, de la muerte de más 4 millones de personas al año.
Los países en vías de desarrollo, con altos índices de emisiones, son, según datos de la organización internacional, los más afectados por esta pandemia Así, se calcula que hasta el 89% de las muertes prematuras se produjeron en países con ingresos bajos y medios, especialmente en regiones de Asia Sudoccidental y el Pacífico occidental.
Sin embargo, las regiones con mejores niveles de calidad del aire, como la Unión Europea, tampoco se libran de los estragos provocados por las partículas en suspensión. Por ejemplo, en 2021 la Agencia Europea del Medio Ambiente concluyó que hasta el 97% de la población de la Unión estaba expuesta a concentraciones de partículas PM2.5 por encima de lo permitido por la OMS.
Aunque no lo veamos, cada día respiramos aire contaminado. El esmog que inhalamos entra directamente en los pulmones, pero no se limita a provocar enfermedades respiratorias, sino también causa afecciones cardiovasculares. Según la organización sanitaria, la inhalación de partículas contaminantes provocó en 2019, último año de los que se tienen datos, hasta el 39% de muertes prematuras provocadas por cardiopatías isquémicas o accidentes cardiovasculares y un 23% debido a enfermedades pulmonares.
Por si fuera poco, la contaminación también afecta a diferentes procesos del metabolismo. Por ejemplo, está demostrado que reduce la calidad del esperma, así como las tasas de fertilidad, también en procesos de fecundación in vitro. Un estudio publicado en 2016 por la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva concluyó que la inhalación de partículas contaminantes aumentaba el riesgo de aborto entre mujeres fértiles que recurrían a esta técnica de reproducción asistida.
Ahora, una nueva investigación ha corroborado con creces esta hipótesis: respirar aire contaminado reduce hasta un 40% la probabilidad de éxito la supervivencia de un recién nacido. Son las conclusiones de los expertos reunidos en el congreso de la Sociedad de Reproducción Humana y Embriología, celebrado estos días en Amsterdam.
La contaminación afecta a la calidad del óvulo, incluso antes del embarazo
Según explica Sebastian Leathersich, autor principal de la investigación, el valor del estudio radica en el hecho de que se trata del primero que ha utilizado ciclos de transferencia de embriones congelados para analizar por separado los efectos de la exposición a contaminantes durante el desarrollo de los óvulos y en torno al momento de la transferencia embrionaria y el inicio del embarazo, lo que permitió evaluar si la contaminación afectaba a los óvulos durante las primeras fases del embarazo.
La investigación analizó la exposición a partículas PM10 -aquellas cuyo diámetro varía entre 2,5 y 10 µm (1 micrómetro corresponde la milésima parte de 1 milímetro), en las dos semanas previas a la recogida de ovocitos y descubrió que las probabilidades de que se produjera un nacimiento vivo se reducían hasta un 38% al comparar el cuartil más alto de exposición con el más bajo.
La investigación, realizada durante un período de ocho años en la ciudad australiana de Perth, analizó 3.659 transferencias de embriones congelados de 1.836 pacientes. La edad media de las mujeres era de 34,5 años en el momento de la extracción de ovocitos y de 36,1 años en el momento de la transferencia de embriones congelados.
Los científicos examinaron las concentraciones de contaminantes durante cuatro períodos de exposición previos a la extracción de ovocitos (24 horas, 2 semanas y 3 meses), con modelos creados para tener en cuenta cómo afectaban estas exposiciones.
En el caso de las partículas PM2,5 (con un diámetro de 2.5 micrómetros) durante los 3 meses previos a la extracción de ovocitos también se asoció a una disminución de las probabilidades de éxito reproductivo, aunque en este caso el porcentaje fue menor, de aproximadamente un 30%.
la contaminación supone una amenaza, incluso para niveles de calidad de aire aceptables
Lo más preocupante del estudio es quizá que las muestras tomadas presentaban muy buenos índices de calidad del aire, con niveles de PM10 y PM2.5 ligeramente superiores a las dictadas por la OMS.
«El cambio climático y la contaminación siguen siendo las mayores amenazas para la salud humana, y la reproducción humana no es inmune a ello. Incluso en una parte del mundo con una calidad del aire excepcional, donde muy pocos días superan los límites máximos de contaminación aceptados internacionalmente, existe una fuerte correlación negativa entre la cantidad de contaminación atmosférica y la tasa de nacidos vivos en los ciclos de transferencia de embriones congelados», concluye el experto. Esto es precisamente lo preocupante.