Los estados de Chiapas y Tabasco, ubicados en el sur de México, experimentan un episodio de preocupación en términos de conservaciónde primates: en el último mes se ha reportado la muerte de decenas de monos aulladores (Alouatta palliata), una especie que habita desde el sureste de México hasta el noroeste de América del Sur, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Aunque todavía no hay un recuento oficial de los ejemplares fallecidos, las organizaciones implicadas en su protección y recuperación apuntan a que serían al menos 80 desde principios de mayo de 2024, lo que ha llevado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (Semarnat) a coordinar acciones tanto para investigar las causas, como para prevenir más casos.
Por ahora, una de las hipótesis —planteada por el Gobierno de Tabasco— es que las muertes podrían estar relacionadas con la ola de calor que azota la región: y es que el Servicio Meteorológico Nacional ha registrado recientemente temperaturas extremas superiores a los 45ºC en este y otros 18 estados.
Sin embargo, la Semarnat, junto con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, insiste en esperar los resultados de los análisis realizados por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) para descartar la posible presencia de virus y enfermedades en los animales.
investigar y prevenir: ¿qué acciones se están realizando?
Las inquietantes muertes fueron reportadas por la organización Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta (Cobius), que desde hace años trabaja con el fin de proteger la biodiversidad de la cuenca del río Usumacinta, que sirve de hogar para estos primates.
Ahora, su labor se ha extendido también a la recuperación de los ejemplares afectados por esta emergencia con causas indeterminadas: algunas de las acciones consisten en hacer accesibles cubetas de agua para que los monos aulladores puedan mantenerse hidratados, así como aplicar suero oral a los ejemplares que muestren claros signos de deshidratación.
Por su parte, la Semarnat coloca como prioridad el esclarecimiento de las razones detrás de las muertes masivas, que podrían tener que ver con «golpes de calor, deshidratación, desnutrición o fumigación de plantíos con agrotóxicos», se expone en uno de los comunicados oficiales. A su vez, la institución ha recomendado a la población no acercarse en caso de hallar un ejemplar muerto, y avisar inmediatamente a las autoridades.
Los municipios de Cunduacán y Comalcalco concentran el 80% de las defunciones de mono aullador reportadas en Tabasco, por lo que equipos del sector federal ambiental se han desplazado al terreno para —en línea con las acciones llevadas a cabo por las organizaciones conservacionistas, como Cobius— instalar bebederos para la hidratación de la vida silvestre.
Por otro lado, se sabe que las muestras biológicas de ejemplares afectados están siendo analizadas por el Senasica para poder descartar hipótesis más complejas de abordar, como la intoxicación o la transmisión de un virus o enfermedad letal.
El mono aullador, una especie vulnerable
La emergencia se suma a la ya vulnerable situación de esta especie. Según los datos de la UICN, en los últimos 30 años la población de estos primates se ha reducido en un 30% o más, y la tendencia a futuro no parece ser positiva: si continúan perdiéndose bosques al mismo ritmo que desde 2003 hasta 2018, «es probable que el 19% del hábitat adecuado de esta especie se pierda para el año 2048», informa la organización.
Así, mientras el calor podría estar amenazando la supervivencia de esta especie, lo mismo sucede (aunque de manera confirmada) con los incendios en su hábitat: desde el 1 de enero hasta el 26 de mayo de 2024, se han registrado 114 en Chiapas y 15 en Tabasco, de acuerdo con el último informe de la Comisión Nacional Forestal.
Así pues, el Centro Estatal del Manejo del Fuego ha reportado que en las últimas 72 horas no se han registrado incendios en la región, aunque insisten en hacer seguimiento específico de este fenómeno con el fin de plantear estrategias para la protección tanto del mono aullador como de otras especies susceptibles de correr el mismo destino.