Este viernes, 24 de mayo de 2024, Joan Laporta y Xavi se han reunido de urgencia con un solo punto en el orden del día: el despido de Xavi como entrenador del Barcelona.
El 24 de abril de 2024, un ajetreado día en Barcelona acabó con un pedido a domicilio de sushi gourmet en el domicilio de Joan Laporta. Mientras en pleno portal aguardaba una marabunta de periodistas, arriba celebraban, entre otros, el presidente del Barcelona, su cuñado Alejandro Echevarría, Deco, Bojan Krkic y Xavi Hernández. El entrenador azulgrana había logrado su objetivo: convencer a su jefe de que le permitiera seguir en el banquillo, tras aquella marcha en diferido que anunció a finales de enero, hace tanto ya. El equipo había cambiado y Xavi se sentía con fuerzas para seguir. Todos contentos.
Un día después, todo quedó escenificado en una multitudinaria rueda de prensa donde el propio Laporta, director de pista en estos circos mediáticos, se emocionó al glosar la figura y méritos de Xavi: «El barcelonismo puede estar orgulloso del entrenador que tenemos».
Pasó el tiempo -unas semanas- y la trayectoria del Barcelona no terminó de enderezarse. El ‘efecto Xavi’ se había difuminado y el equipo sudaba para asegurar la segunda plaza en la tabla. En esas llegó la rueda de prensa previa al choque ante el Almería. Allí, el de Terrassa hizo un análisis bastante realista de la situación del club y de sus opciones para competir ante equipos con mayor poderío económico como el Real Madrid: pocas. La declaración pública de inferioridad soliviantó a Laporta, que puso en marcha el casting de entrenadores para relevar a Xavi.
Las negociaciones parecen haber ya cristalizado en la persona de Hansi Flick, exseleccionador alemán y objeto de deseo del presidente azulgrana, afin al método germano para resucitar al club. Este mismo viernes, muchos medios catalanes han puesto ya fecha a la presentación del nuevo inquilino del banquillo: será este lunes, poco después del despido de Xavi. Antes, llegará la rueda de prensa previa al choque del domingo en Sevilla, temida desde el club por lo que el todavía entrenador pueda decir. No obstante, todo podría acelerarse a este fin de semana o incluso a este mismo viernes.
Los próximas horas pueden dictar sentencia, aunque todo hace indicar que la solución está tomada y el remedio ya está haciendo las maletas. Quizás entonces, pueda el Barcelona alcanzar la paz que este año nunca halló. Es una bomba de relojería que no deja de explotar.
