El trasplante de órganos, tejidos y células ofrece cada año miles de segundas oportunidades. Y la buena noticia es que se trata de una práctica que va en aumento en todo el mundo. Según los últimos datos del Observatorio Global de la Donación y el Trasplante, en 2021 se realizó un 11,3% más de trasplantes que en 2020. Algo que, tras la caída de la cifra durante la pandemia, dibuja un panorama esperanzador para la salud mundial. 

La mejora en el desarrollo de esta técnica y la progresiva aceptabilidad cultural -que todavía cuesta en algunas sociedades más tradicionales- han mejorado la efectividad de los trasplantes. No obstante, la demanda sigue siendo superior a las capacidades de los sistemas sanitarios nacionales. En México, por ejemplo, la lista de espera de pacientes para recibir un órgano es al menos el doble del número de unidades funcionales disponibles. Y en otros países, la falta de recursos humanos y de programas consolidados también supone una barrera para el avance de esta práctica.

No es el caso de España, que lidera -solo superada por Estados Unidos- el campo de los trasplantes y donaciones. Los datos hablan por sí mismos: en 2022, este país realizó 5.385 procedimientos, lo que supone el 16,8% del número total de trasplantes en la Unión Europea, a pesar de que representa el 10,6% de la población europea y el 0,6% de la global. Es por ello que muchos gobiernos estudian aplicar el modelo que ha llevado a España a encabezar la lista durante casi 30 años.

¿En qué consiste el Modelo Español de Trasplante y Donación de Órganos?

Una de las vías de actividad en las que destaca España es en la donación en asistolia, la que se obtiene de personas ya fallecidas. En este sentido, la legislación española considera válido el procedimiento por defecto; es decir, si el individuo no manifiesta en vida su deseo de no ser donante -lo que también sucede en otros países como Argentina o Brasil. Así, en 2022 en España hubo 47,02 donantes fallecidos por millón de habitantes, mientras que la media europea se situó en 19,25. 

El sistema público de salud en España, que permite a cualquier paciente hacer uso de este sofisticado servicio sanitario, ha sido fundamental para el desarrollo de un programa cualificado en el campo de los trasplantes. Además, desde la creación de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en 1989, en España se han construido redes especializadas en la coordinación de trasplantes, las cuales se distribuyen en tres niveles de administración sanitaria: nacional, autonómica y hospitalaria. 

En 2021, en España hubo 46,3 donantes fallecidos por millón de habitantes. La media en la UE fue de 19,5.

Los equipos están compuestos por personal médico y personal de enfermería, con un número de miembros que varía en función del tamaño del hospital. No obstante, la dedicación parcial de los médicos facilita que hasta en los centros médicos más pequeños -con limitado potencial de donación- haya disponible al menos un miembro del personal de coordinación.

En vista de estos factores, la Unión Europea, el Consejo de Europa y la OMS han recomendado a otros países aplicar, total o parcialmente, las directrices del Modelo Español. Y algunos de ellos ya están obteniendo resultados similares.

¿Es posible aplicar el Modelo Español en otros países?

Trasladar el Modelo Español de donaciones y trasplantes a otros países no es tan sencillo como parece. Para conseguirlo es necesario que el país haga un análisis de su situación económica, sanitaria y también cultural, y valore si se dan las condiciones básicas que propone la ONT:

Una inversión en salud suficiente: el porcentaje del PIB que el país destina a la salud, o el balance adecuado entre el servicio público y el privado, es determinante a la hora de aplicar el Modelo Español. Un sistema de salud universal: para trasladar completamente este programa, se requiere contar con una cobertura universal. Hacerlo en un sistema de salud con alto porcentaje de coberturas privadas es posible, pero puede ser problemático.Un número significativo de médicos disponibles: evaluar la tasa de personal médico por cada mil habitantes es fundamental para considerar la efectividad del programa. En España, la relación entre población y número de médicos es relativamente elevada, por lo que es más fácil construir y mantener las redes de coordinación de trasplantes.Un número elevado de personal de enfermería disponible: en este caso, la cifra no se valora en función de los habitantes, sino de la cantidad de camas UCI; un índice que se traduce en la adecuada atención de los potenciales donantes.Un elevado número de camas UCI: el factor fundamental para la donación de órganos es la disponibilidad de ventilación mecánica. Por ello, es importante medir la relación entre las camas UCI y las camas de agudos. Un análisis de la pirámide demográfica: observar el porcentaje de la población mayor de 60 años y tener en cuenta las causas de fallecimiento de la población es clave para construir un programa de trasplantes y donaciones adaptado a las características de la demografía.

Con esto, los países que han replicado el modelo han logrado situarse en puestos elevados del ranking. Un ejemplo de ello es Francia, que implementó el Modelo Español en 2017, y tampoco se quedó atrás en 2022, con la exitosa cifra de 5.503 trasplantes de órganos.

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