El océano Ártico podría quedar libre de hielo en septiembre antes de 2050, independientemente de los escenarios de emisión de gases de efecto invernadero. Así lo indica la revista Nature Communications en su último artículo, que señala la influencia antropogénica como causa del derretimiento en el Ártico. 

Cada septiembre, este océano llega a sus mínimos, pero estos niveles son anualmente más extremos. Según los datos de la NASA, los casquetes polares se están reduciendo en un 12,6% por década, en comparación con su extensión promedio durante el período de 1981 a 2010.

En 2015 se firmó el Acuerdo de París, en el que las 196 partes de la COP21 se comprometen a limitar el calentamiento a muy por debajo de 2, preferiblemente a 1,5ºC, en comparación con los niveles preindustriales. Para conseguirlo, los países deben reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) lo antes posible y así lograr un clima neutro a mediados de siglo. Sin embargo, la medida llega tarde para el Ártico, que ya sufre las consecuencias irreversibles del calentamiento global.

¿Por qué se está derritiendo el Océano Ártico?

Si bien ya existían documentos previos que indicaban el menguar del hielo en el océano Ártico durante los meses cálidos, el gran descubrimiento es la confirmación de que la causa está totalmente ligada al aumento de los gases de efecto invernadero inducidos por los humanos, tales como el dióxido de carbono (CO2), el metano y el óxido nitroso. Tras analizar la influencia de tres factores: naturales, GEI y aerosoles antropogénicos (pequeñas partículas que se arrojan a la atmósfera por actividades humanas), los expertos han destacado que no son las partículas naturales (por emisiones volcánicas, por ejemplo) ni las artificiales las responsables del inexorable deshielo del Ártico.

En el océano Ártico, el ciclo de hielo comienza en noviembre y alcanza su punto máximo en marzo y abril, para posteriormente iniciar la etapa menguante, que llega a mínimos en septiembre y octubre. En este sentido, el estudio también concluye que la disminución de hielo ya no es solo un fenómeno que se observa en los meses cálidos, sino que es una tendencia constante a lo largo del calendario.

Además, en el caso de que siguiésemos emitiendo GEI al mismo ritmo que el actual, los investigadores señalan que, para 2100, el Ártico quedaría libre de hielo durante medio año. Un escenario que pone en peligro a las civilizaciones locales -inuit y esquimales-, la flora y la fauna. 

¿CUáles son las consecuencias del deshielo en el ártico?

Además de la pérdida de biodiversidad que conlleva el derretimiento del Ártico, la energía del sol reflejada absorbida por el mar descongelado durante un mayor período de tiempo provoca una aceleración del calentamiento global. En línea con esto, los expertos desmienten que vaya a aumentar el nivel del mar como consecuencia del deshielo, pero sí advierten de que habrá una alteración de las corrientes marinas que conduzca a la formación de huracanes y tifones -más frecuentes e intensos- en la franja tropical. 

Además, en el caso de que el pronóstico de los expertos se cumpla, no tardarán los humanos en ocupar la zona. Por las duras condiciones climáticas, el Ártico no es un lugar muy habitado. Sin embargo, el aumento de la temperatura puede favorecer que empresas mineras, pesqueras e incluso turísticas se asienten allí y desarrollen su actividad industrial, explotando los recursos del ecosistema e incrementando así el calentamiento global.

De hecho, mientras que antes hacía falta un buque rompehielos para navegar por los pasos Noroeste y Noreste del Ártico en verano, ahora hay barcos turísticos que logran surcar esos mares durante algunos meses. La única zona que todavía no permite la navegación es la que conecta con el norte de Groenlandia, que permanece congelada durante todo el año. No obstante, el estudio de Nature Communications indica que es cuestión de tiempo que lleguen los barcos allí. 

Facebook Comments