Es difícil imaginar que la acción más audaz de un equipo de fútbol pueda ser previa al partido, pero eso ocurrió este miércoles con la selección alemana en su debut en Qatar.

La jugada del encuentro entre Alemania y Japón ocurrió antes de que empezara a rodar la pelota, con la foto de la escuadra germana tapándose la boca en clara señal de protesta por no poder utilizar el brazalete «One Love» con los colores del arco iris.

Los capitanes de varios equipos europeos tenían previsto llevar el brazalete durante los partidos, con el propósito de promover la diversidad, la inclusión y los derechos sociales del colectivo LGBTI+ (Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero e Intersexo).

Sin embargo, dieron marcha atrás ante la amenaza de penalizaciones lanzadas desde la Federación Internacional de Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).

Además del gesto de los jugadores, la ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, fue vista usando el brazalete en las gradas del estadio.

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