FILE PHOTO: SpaceX owner and Tesla CEO Elon Musk smiles at the E3 gaming convention in Los Angeles, California, U.S., June 13, 2019. REUTERS/Mike Blake/File Photo

Elon Musk, el nuevo dueño de Twitter, ha animado a sus 114,8 millones de seguidores en la red social a votar a los republicanos en las elecciones de medio mandato que se celebran este martes. El inefable Musk, que acapara titulares a golpe de tuit, ya se había manifestado anteriormente afín al partido de Donald Trump, pero su publicación de este lunes, en vísperas de una reñidísimas elecciones para la renovación del Congreso, puede dar a los conservadores algún voto extra.

La publicación va dirigida “a los votantes independientes” y dice: “Compartir el poder frena los peores excesos de ambos partidos, por lo que recomiendo votar por un Congreso republicano, dado que la presidencia [del país] es demócrata”. En un hilo, que ha fijado en su perfil, Musk se responde: “Los demócratas o republicanos de línea dura nunca votan al rival, así que los votantes independientes son los únicos que realmente deciden quién está al cargo”.

El pretendido ejercicio de equidistancia, en pro de un contrapeso de poderes, no logra ocultar sin embargo una orientación política que quedó de manifiesto en mayo, cuando anunció que, tras haber votado en anteriores elecciones a los demócratas, ahora apoyaría a los republicanos. A mediados de agosto, el empresario intentó matizar su apuesta asegurando que siempre estará al lado de “la mitad moderada de los demócratas y [la mitad moderada de] los republicanos”.

Aunque la oportunidad de la publicación, la víspera de la votación, haya chocado a más de uno, no es sino la constatación de sus preferencias. Mensajes en la red social llevaban preguntándose semanas, la mayor parte de las veces de manera retórica, si la compra de Twitter por el magnate implicaría una propaganda activa a favor de los republicanos. Cabe recordar que de todos los candidatos de este partido a las elecciones de medio mandato, al menos 300 defienden la infundada teoría del fraude electoral en 2020, una de las enseñas de Trump.

Producto o no de la “libertad de expresión” que el hombre más rico del mundo defiende, lo cierto es que en EE UU el apoyo explícito de personalidades, desde financieros o personajes de Hollywood a importantes medios de comunicación, a un partido o un candidato es algo habitual. No debería, por tanto, sorprender la clara apuesta de Musk, sino por el ruido, o estrépito más bien, que viene haciendo desde que desembarcó en Twitter.

La oleada de despidos masivos, hasta recortar la mitad de la plantilla, y su enfado por la fuga de anunciantes —no faltan quienes ven en su apoyo a los republicanos un velado intento de hacerles rendir cuentas ante comités de un futuro Congreso de mayoría conservadora— pueden haber empujado al magnate a lo que algunos consideran nueva huida hacia delante. Además, este viernes a medianoche expira el plazo para completar la compra de Twitter, si no quiere enfrentarse a una ardua batalla legal en el Tribunal de Equidad de Delaware el mes que viene. Otro motivo que justificaría la cortina de humo de su apoyo a los republicanos.

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