Hace tres semanas, el aborigen adolescente Cassius Turvey caminaba en compañía de amigos hacia su casa desde su escuela en Perth (en el occidente de Australia) cuando un extraño supuestamente se les acercó en un vehículo todoterreno y les dijo que salieran corriendo.

Lo que sucedió después ha conmocionado a Australia y planteado difíciles cuestionamientos, según muchos, sobre el racismo generalizado en el país.

Los pasajeros del vehículo supuestamente persiguieron a los jóvenes aborígenes -quienes vestían uniforme escolar- antes de que dos de ellos fueran violentamente atacados.

Una de las víctimas era un joven de 13 años que ya estaba lesionado y los atacantes usaron sus muletas para golpearlo, dejándolo con moretones en la cara, según las autoridades.

La otra era Cassius, de 15 años, que la policía cree que fue atacado con una vara metálica.

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