Amanece en Caño Negro, al norte de Costa Rica, el tercer humedal en importancia del mundo, la bruma a ras del agua se torna anaranjada, es el mejor momento para avistar animales. Rosi es una de las guías de la empresa familiar Paraíso Tropical, su maestro Ernesto conduce el bote por los canales de la zona del río Frío, ambos conocen cada rincón y cada habitante de las casi 10.000 hectáreas que componen este espacio natural costarricense. Con sus prismáticos, Rosi va observando y señalando aquí y allá, nombrando cada animal que sale al paso, nada se le escapa. Antes de cada recorrido pregunta a los visitantes qué les gustaría ver, el jaguar es uno de los más difíciles, todo un reto; Rosi olfatea y se dirige al olor, una hembra con sus crías ha dejado sus huellas en el barro húmedo antes de internarse en la espesura. En lo alto de un árbol un perezoso, murciélagos, un basilisco corriendo sobre las aguas, caimanes sesteando y aves, miles de aves.

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