No hay fichajes de relumbrón en LaLiga. Salvo contrataciones de jugadores con la carta de libertad, low-cost o gangas del mercado, los equipos españoles no están incorporando futbolistas de alto precio porque les es imposible. La crisis económica les sigue golpeando con fiereza, y el mensaje es casi unánime: antes de comprar, hay que vender. Solo el Real Madrid se libra de esta máxima. Y este jueves 30 de junio, los clubes cierran sus balances financieros. Muchos de ellos lo harán con pérdidas.

La frase de Enrique Cerezo este lunes se puede aplicar a casi cualquier club español. «Son 40 millones lo que tenemos que vender», admitió el presidente del Atlético. Una circunstancia que pasa en casi todos los equipos de la competición española, salvo con la citada excepción madridista. Al resto les toca apretarse el cinturón y buscar métodos para recaudar: desde el más clásico, con la venta de jugadores, hasta los más innovadores, con las famosas palancas que quiere activar el FC Barcelona.

Competir con los equipos de la Premier es ya una utopía. Mientras en la liga inglesa ya han caído fichajes estelares como Erling Haaland (75 millones más unas comisiones de vértigo, en torno a los 80 kilos), Darwin Núñez (75) o Gabriel Jesús (se cerrará en más de 50), en la española solo Aurélien Tchoauméni (80+20) compite con esos nombres. El caso de Raphinha es un gran ejemplo: el Barça mostró interés, pero le es imposible competir con Chelsea o Liverpool, dispuestos a llegar a los 70 ‘kilos’.

Es precisamente el conjunto azulgrana el mejor ejemplo de la crisis económica de los equipos de la Liga. Acostumbrado a reventar el mercado (120+40 por Coutinho, 105+40 por Dembélé…), se quedó hasta sin dinero para pagar las nóminas y, por ello, le toca tirar de ingeniería financiera para montar un equipo competitivo que plante cara tanto en España como en Europa.

El Barça quiere a Robert Lewandowski (60 pide el Bayern), Bernardo Silva (el Manchester City nunca bajaría de 70-80) y Jules Koundé (el Sevilla quiere más de 60), pero para ello tiene que vender activos (25% de los derechos televisivos y 49% de su marketing, BLM). Las famosas palancas ya han sido aprobadas por los compromisarios, por lo que el club dispondrá de dinero para reforzar la plantilla. El coste a largo plazo, eso sí, es muy elevado.

Muy distintas son las cosas en el Real Madrid, que capeó la crisis con austeridad (ausencia casi total de fichajes durante los últimos años y reducción de sueldo a la plantilla) y ahora recoge sus frutos.

Compitió con el PSG por el fichaje de Kylian Mbappé –el dinero no fue la causa decisiva de la decisión del galo–, le ganó la mano a los galos por Tchoauméni y tiene dinero en la caja para futuras operaciones. No será, eso sí, este verano, el club blanco solo fichará si hay salidas (con Marco Asensio como protagonista).

La situación en el Atlético también es muy complicada. Las altas fichas de técnico y jugadores ahogan a los rojiblancos, que además no han recaudado ni por Álvaro Morata ni por Saúl Ñíguez, de vuelta de sus cesiones y con su futuro nada claro. Así, Enrique Cerezo fue muy claro sobre qué necesita el club para fichar: «Son 40 millones lo que tenemos que vender, pero está difícil el mercado y la situación económica ya sabéis como es», admitió.

Antoine Griezmann continuará (cesión y 40 millones al Barça la temporada que viene) y de fichajes de postín, nada de nada: Axel Witsel llegará con la carta de libertad, se busca un lateral derecho de perfil bajo y después toca esperar a ver si hay ventas que produzcan importantes ingresos.

Al Sevilla, ni jugar la próxima Champions le libra de tener que vender a varios de sus mejores jugadores. Un detalle llama la atención: el Aston Villa, decimocuarto de la pasada Premier, le ha ‘robado’ al cuarto de la Liga uno de sus centrales titulares, Diego Carlos, por 40 millones. Perfecto reflejo de lo que la diferencia entre ambas competiciones.

Su otro central titular, Jules Koundé, también está a la venta (Barça y Chelsea le quieren), y el relevo será Marcao, que llega de la liga turca.

Al quinto clasificado y campeón copero, el Betis, no le llega ni para incorporar a Héctor Bellerín, al que le queda un año de contrato y al que el Arsenal no quiere. El club verdiblanco bastante ha tenido con no vender a la gran mayoría de sus cracks (Fekir, Canales…) y espera ver qué pasa con William Carvalho para completar la plantilla (también Dani Ceballos está en espera).

Mejor le va a la Real Sociedad, que ha podido pagar 12 millones por Mohamed Ali-Cho, joven promesa gala. Suena a auténtico dispendio viendo cómo están los demás.

Un histórico como el Valencia también arrastra una crisis económica brutal que no solo le impide fichar grandes nombres, sino que le hará desprenderse, un verano más, de alguna de sus estrellas. Carlos Soler, José Luis Gayá, Gonçalo Guedes… la afición che está más pendiente de si se va alguno de ellos que de si llega algún crack.

Malos tiempos para LaLiga.

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