Durante el 2021 la economía de Honduras creció un 4.7% frente al -9% del 2020, un crecimiento que se desvanece frente a la inflación que cerró el 2021 con el 5.32%, acompañado de un alza de los precios de productos y una injustificada devaluación de la moneda nacional.

Por una parte, el crecimiento de la economía se debe en parte a las remesas y el avance de la vacunación contra el Covid. Por otra parte, Wilfredo Cerrato afirmó que la inflación se debe al alza de precio de los productos, especialmente los alimentos, bebidas, artículos del hogar y servicios básicos.

Paradójicamente, para las familias que no alcanzan a pagar la tarifa de energía eléctrica y utilizan el kerosén, se ha elevado el precio de dicho gas dejando sin alternativas a las personas más pobres. Aparte de esto, los dueños de negocios aprovecharon la navidad para elevar el precio de los productos, pese a que las autoridades de economía afirman que ciertos productos como el pan se mantienen al mismo precio.

Frente a estos trancazos en el precio de los productos, la energía eléctrica, los combustibles, el transporte público, el alquiler, los interese de las financieras, entre muchas cosas más; el salario mínimo es un pago irrisorio que solo sirve para no morir entre tanta pobreza. Dicha situación exige un reajuste que beneficie a la población en general, lo cual conlleva una serie de cambios que el nuevo gobierno debe afrontar.

El gobierno actual, manchado por grandes y escandalosos actos de corrupción a la vista del mundo, heredará al nuevo gobierno de Xiomara Castro otra deuda: este 2021 la deuda externa que mantiene hundido al país ascendió a 11.115.7 millones de dólares, cuyo incrementó fue de 134.9 millones, equivalente al 1.2 %. Sin duda el nuevo gobierno tiene grandes retos que no podrá vencer sin el apoyo de todo Honduras.

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