La vacuna contra el Covid-19 sin patentar para la producción con el fin de amortiguar la desigualdad en la distribución de las vacunas a nivel mundial y combatir la pandemia, Corbevax, fue desarrollada en Texas (Estados Unidos) con tecnología tradicional llamada que puede replicarse y producirse fácilmente a bajo costo.

Desde el 2011, los doctores Peter Hotez y la hondureña María Bottazzi trabajan en el desarrollo de vacunas contra virus como el SARS y el Mers en el Centro de Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas. María Botazzi aclaró que no tiene intención de patentarla para que todo aquel que quiera, pueda reproducirla, una intención altruista para ayudar al mundo.

Los doctores Peter Hotez y la hondureña María Bottazzi, creadores de la vacuna Corbevax.

«Prácticamente cualquiera que pueda fabricar vacunas contra la hepatitis B o tenga la capacidad de producir proteínas de origen microbiano, como bacterias o levaduras, puede replicar lo que hacemos nosotros», dijo Bottazzi.

El funcionamiento de la tecnología tradicional llamada “proteína combinante” se basa en utilizar proteína de un virus suficiente para despertar una respuesta inmune, pero no la enfermedad. La tecnología coloca un trozo real de la proteína vital Covid-19 en células de levadura. Luego, las células de levadura copian la proteína vital y ésta se introduce en el sistema inmunitario.

Actualmente, hay más de 60 vacuas en desarrollo basadas en la misma tecnología; pero esta vacuna es única por estar libre de patentes, puesto que podría ser una pieza clave en el combate contra la pandemia. La vacunación masiva y generalizada en países de bajos recursos es fundamental para detener la propagación y el surgimiento de nuevas variantes del Coronavirus.

Según los estudios realizados en el hospital infantil de Texas, la vacuna mostró ser eficaz un 90% contra la cepa original del Covid-19 y más del 80% contra la variante Delta. Por los momentos se estudia su eficacia frente a la variante Ómicron.

Bottazzi codirige el Centro de Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas y la Escuela Baylor de Medicina, dos instituciones privadas sin ánimo de lucro en Houston (Estados Unidos). La investigadora nacida en la ciudad italiana de Génova y criada en Honduras, espera que la vacuna para el mundo que ha sido aprobada para uso de emergencia en la India, también se apruebe en otros países como Indonesia, Bangladesh y Botsuana.

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