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La derrota ante Suecia del pasado jueves encendió las alarmas en la selección española, que pasó de tener encaminada la clasificación al Mundial de Catar a no depender de sí misma. Tras aquel tropiezo, España no solo no podía fallar, sino que Suecia sí tenía que hacerlo. Una semana después, como si de un sueño cumplido se tratase, la situación es justo la que se deseaba entonces.

Tras el triunfo de España ante con Kosovo y la derrota de Suecia ante Grecia, el grupo B queda de la siguiente manera: España lidera la tabla con 13 puntos en 6 partidos, seguida de Suecia con 9 puntos en 4 encuentros. Grecia, con 4 partidos, tiene 6 puntos.

En cuanto a lo que queda por disputarse, la selección española tiene que jugar todavía dos partidos: con Grecia a domicilio y con Suecia en casa. Este último encuentro podría ser decisivo de cara a obtener la primera plaza que daría derecho a jugar directamente el próximo Mundial.

Suecia, por su parte, tiene cuatro partidos por delante. Kosovo y Grecia en casa, Grecia de nuevo a domicilio, y España a domicilio. La selección sueca, como España, depende de sí misma, aunque ha perdido la ventaja con la que contaba antes de caer hoy. Un pleno de victorias metería a Suecia en el Mundial en detrimento de España.

Por último, Grecia ha sido la última en sumarse a la fiesta y no quiere perderse la próxima cita mundialista. Todavía tiene que jugar cuatro partidos: Georgia y Suecia fuera, España en casa, y Kosovo fuera. De las tres, es la que tiene la clasificación más complicada, no así acabar como segunda y jugar por tanto la repesca. No conviene, por tanto, perder a la selección griega de vista.

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