La VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) realizada en Ciudad de México hace pocos días, concluyó con una declaración en la que se han planteado una variedad de temas que incluye un orden internacional más justo, el fortalecimiento de la educación, la lucha contra la corrupción y la pobreza, el respeto a los derechos humanos, entre otros.
Sin embargo, una serie de escándalos empañaron lo que se suponía sería la unificación de los países de la región. Varios presidentes aprovecharon la ocasión para expresar sus diferencias sobre la situación política y social en Cuba, Venezuela y Nicaragua; mientras los señalados respondieron motivando el debate y haciendo acusaciones de intervencionismo.
En su intervención, el presidente uruguayo, aseguró que siente preocupación por la situación de Venezuela, Nicaragua y Cuba. Lacalle Pou dijo en la reunión que el respeto a la soberanía de los pueblos no significaba ser complaciente con países donde «no hay democracia plena», en donde se usa un aparato represor para callar protestas, se encarcelan opositores y no se respetan los derechos humanos.
El presidente uruguayo también sostuvo un intercambio con su par cubano, Miguel Díaz-Canel, quien aseguró que Lacalle Pou desconoce la realidad de su país.
Lacalle respondió a Díaz-Canel diciendo que al menos en Uruguay se permitía que la oposición manifestara su desacuerdo con las decisiones que toma el gobierno.
Así mismo, tras la propuesta de Maduro de desvincularse de la OEA y reformar el Celac, en vez de oír aplausos, varios mandatarios expresaron su negativa ante dicha propuesta y afirmaron que la OEA y la Celac se complementan y que sus posturas no cambiarán. Además, varios mandatarios dijeron que no reconocen al gobierno de Nicolás Maduro.
Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, también arremetió contra las dictaduras de Latinoamérica, diciendo que no habrá futuro donde no hay libertad para el libre mercado y democracia.
De esta manera, los presidentes de Latinoamérica han manifestado su aparente rechazo a las dictaduras, en cuanto amenaza de la libertad, los derechos y la democracia.
