El 13 de septiembre se celebra el Día Internacional del Chocolate. Esto fue instaurado en 1955 como un homenaje al escritor británico Roald Dahl –autor de la novela infantil Charlie y la Fábrica de Chocolates– y al estadounidense Milton Hershey, fundador de la reconocida compañía chocolatera.

El origen del chocolate se remonta al mundo precolombino de Mesoamérica habitado por las grandes civilizaciones maya y azteca, siendo una bebida preciada, cuya preparación para tener un sabor y olor decilioso sedujo a los españoles y con el tiempo pasó de ser una bebida exclusiva para las clases privilegiadas de España a un producto comestible y polular actualmente. Sin embargo, según recientes estudios, el cacao era consumido en Perú y posiblemente en toda Latinoamerica.

El chocolate, sobre todo el negro y amargo, proporcionan distintos beneficios a nuestra salud. Esto siempre y cuando se consuman en las cantidades adecuadas.

El origen natural del grano, es decir del cacao, es la razón de por qué es considerado un alimento beneficioso. El cacao puro y sin mezclar, facilita la dilatación de las arterias de nuestros riñones, lo cual podría contribuir a regular el aporte de oxígeno y de nutrientes que llegan a estos órganos.

De manera específica el chocolate negro puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Así lo establece un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Harvard.

Además, el chocolate también incrementa la actividad antioxidante, es decir, previenen el envejecimiento prematuro de las células; disminuye el colesterol malo, reduce la presión arterial y mejora el metabolismo de la flora intestinal.

 

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