• Miles de capitalinos abarrotan la instalación deportiva no para ver a la bicolor, sino para inmunizarse en el Vacunatón.
  • «Debemos tenerle miedo al virus y no a la vacuna”, afirma la capitalina Gloria Gutiérrez tras inocularse.

Tegucigalpa, 31 de julio. Las largas filas en los alrededores del Estadio Nacional esta vez no eran para observar a 22 hombres de pantaloncillos cortos tras un balón. En esta jornada de fin de semana, miles de capitalinos acudieron al coloso deportivo buscando ganarle el partido a la covid-19 en el Vacunatón que se realiza en todo el departamento de Francisco Morazán.
Los alrededores del Estadio Nacional lucieron repletos, con inmensas filas, como cuando se realizan partidos de la selección, pero esta vez los miles de aficionados llegaron para participar en el Vacunatón que se propuso inmunizar a más de 75,000 personas en todo Francisco Morazán, más de 50,000 solo en el Distrito Central.
De esta forma, miles y miles de hondureños acudieron al escenario capitalino que esta vez prestó sus instalaciones para que se desarrollara este amplio proceso de inoculación ante los altos niveles de contagio de covid-19, que también se realiza este sábado y el domingo en otros lugares del Distrito Central y demás municipios de Francisco Morazán.
Las personas ingresaron por el portón de palcos y luego de ser inyectadas en unas carpas instaladas en la pista olímpica aguardaron 20 minutos en el sector de silla, para posteriormente abandonar el recinto por esta misma zona.
Fue tan inmensa la fila de personas buscando una vacuna que la misma dio la vuelta al estadio en su totalidad, y hasta un poco más, en un proceso que se realizaba de manera rápida, porque cada 15 a 20 minutos accedían 20 personas al interior.
Un muy buen trato
La mayoría de personas que acudieron siempre hablaron de un esquema ordenado y disciplinado en el Estadio Nacional, pero sobre todo de un trato muy cálido y amable de parte de las brigadas de vacunación y personal de Protección Civil y de seguridad.
Francis Otero, de 36 años, llegó a las 5.00 de la mañana al Nacional con procedencia del barrio Buenos Aires, y aseguró que «el proceso es muy ordenado, no se puede decir otra cosa; además, que una vez ingresando es rápido y son muy amables con los que venimos a vacunarnos».
También corroboró lo anterior Evelyn García, un ama de casa de 39 años, del barrio La Peña, quien dijo que llegó a inyectarse porque «es un deber; además, quiero proteger a mi familia y a los que tenemos cerca».
García aseguró que su lema de vida lo resume en que «si todos nos vacunamos vamos a tener menos problemas en caso de llegar a contagiarnos, y por ende vamos a estar más seguros».
Para seguridad de todos
Mientras tanto, Santos Eulalio López, originario de El Paraíso pero residente en la colonia capitalina Las Torres, afirmó que «es un deber vacunarnos para seguridad de todos», y máxime en un momento en el que la pandemia tiene altos índices de contagios.
Asimismo, Gloria Gutiérrez, pobladora de la Israel Sur, comentó que «los hondureños debemos tenerle miedo al virus y no a la vacuna; yo por eso estoy aquí, porque quiero protegerme y proteger a mi familia».
El titular de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Max Gonzáles, llegó al estadio para supervisar cada uno de los procesos planificados en la semana, entre los que sobresalían una zona de monitoreo de los alrededores del centro deportivo para verificar que el proceso se efectuara sin contratiempos.
Esta vez el Nacional volvió a lucir repleto, pero ahora con un sentido de amor por la vida y con un sentido de responsabilidad ante la covid-19 por parte de la población que acudió a inmunizarse.

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