El de Manacor y el ‘Peque’ volvieron a vivir otra intensa ‘batalla’ sobre tierra batida, pero en la de la Philippe-Chatrier parece que el primero es prácticamente inaccesible. Por momentos pareció estar sometido por la gran versión del jugador sudamericano, pero entonces supo rehacerse y cerrar su pase a su decimocuarta semifinal en París, una ronda en la que nunca ha perdido y donde espera al ganador del Novak Djokovic-Matteo Berrettini.

El campeón de 20 ‘grandes’ vivió su primer gran test en la capital francesa. Schwartzman examinó su tenis y su capacidad mental, pero para el de Buenos Aires el único consuelo fue ser el primero en arrebatar un set al ‘rey’ del torneo en sus últimos 13 encuentros.

Desde la final de 2019 conquistada ante el austriaco Dominic Thiem, Nadal no sabía lo que era ceder una manga en Roland Garros y tuvo que hacerlo ante el empuje del argentino, que se deshizo cuando vio como perdía un tercer parcial donde parecía ser mucho mejor que el balear, autor entonces de un ejercicio de resistencia, sufrimiento y paciencia hasta que su mejor tenis retornase.

Este hizo acto de aparición en un primer set de alto nivel por parte de ambos contendientes, sobre todo del 13 veces campeón, al que el ‘drive’ le corría a la perfección. Pese a intercambiar roturas de inicio, el tercer cabeza de serie volvió a apretar para romper y ya no dejar escapar su ventaja para ponerse por delante.

Schwartzman supo rehacerse y equilibró el partido, apoyado en su capacidad para devolver casi todo y en unos poderosos golpes desde el fondo de la pista, sobre todo un revés a dos manos con el que hizo mucho daño a su rival, que se vio pronto en desventaja en el marcador con un ‘break’.

SCHWARTZMAN SE CRECE, NADA AGUANTA

Pero Nadal aguantó la esperada mejorada del décimo favorito y recuperó la rotura pronto para volver a igualar la contienda. Sin embargo, con 5-4 en contra, sus errores dieron mucha vida al bonaerense. Con 30-0 a su favor, cometió una doble falta inoportuna y Schwartzman se terminó llevando el set con rotura.

Y esto animó mucho al tenista argentino, que vivió sus mejores momentos del partido y que dio la sensación de tener bien controlado al manacorí, al que la pelota ya no le ‘volaba’ tanto y no acertaba a hacer daño con su revés a dos manos. De todos modos, pese a ser incapaz de inquietar al resto, encontró en el servicio (4 ‘aces’) la forma de aguantar el mejor juego de su rival y mantener el partido igualado a la espera de encontrar mejores sensaciones.

Estas llegaron con 4-4. Schwartzman perdió la iniciativa y el español no lo perdonó, firmando un juego muy sólido para lograr un ‘break’ con el que nadie contaba entonces y cerrando luego sin problemas el parcial. El argentino quedó ‘tocado’ entonces y cabizbajo ya sobre la Chatrier apenas opuso resistencia para el ‘vendaval’ final del campeón.

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