Sin que se tratara de un simulacro, las sirenas de alarma antibombardeo sonaban este lunes en Jerusalén por primera vez desde la guerra de 2014 en Gaza. En represalia por el disparo de siete cohetes contra la ciudad y el centro de Israel, el Ejército bombardeó posiciones de Hamás en la franja de Gaza.

En los ataques murieron 20 personas, entre ellas nueve niños, según fuentes sanitarias del enclave. La ola de violencia que durante el mes de Ramadán había estallado en Jerusalén, donde más de 300 palestinos resultaron heridos en choques con la policía en la mezquita de Al Aqsa, se ha extendido así hasta Gaza. Los bombardeos en el enclave, en los que se contabilizaron además 65 heridos, son los más mortíferos desde 2019, según informaba el canal de televisión palestino Al Aqsa.

Las brigadas Ezzdin al Qassam, afiliadas al movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto en Gaza, habían disparado al menos siete proyectiles en dirección al centro de Israel, lo que provocó que en Jerusalén se activaran las sirenas de alarma poco después de las 18.00 (17.00, hora peninsular española).

El Ejército israelí aseguró en un comunicado que había interceptado uno de los cohetes con el escudo defensivo antimisiles Cúpula de Hierro, lo que provocó que se escucharan explosiones en torno a Jerusalén por primera vez desde 2014. Otro de los proyectiles cayó cerca de una casa de las afueras de la ciudad y el resto impactaron en diversos descampados.

La sede de la Kneset (Parlamento), donde se celebraba una sesión, tuvo que ser evacuada. Hamás había advertido en un comunicado pocas horas antes de que si las fuerzas de seguridad israelíes no se retiraban de la mezquita de Al Aqsa actuarían “en represalia por los crímenes en la Ciudad Santa y la brutalidad contra el pueblo palestino”.

Tras el disparo de los cohetes, un portavoz castrense precisó, en una conferencia telemática celebrada con la prensa internacional, que Israel había lanzado una gran ofensiva contra las bases de Hamás en la franja de Gaza. Uno de los comandantes de las milicias islamistas era uno de los objetivos seleccionados, según informó el teniente coronel Jonathan Conricus.

Al menos otros dos milicianos perdieron también la vida en la misma operación, aunque el mencionado portavoz no confirmó si esta había coincidido con el ataque de Beit Hanun en el que murieron tres menores palestinos. “La ofensiva no ha hecho más que comenzar”, advirtió Conricus, quien estimó que las acciones de represalia pueden llegar a prolongarse durante “muchas horas, incluso días”

El Ejército interrumpió unas maniobras a gran escala que estaba llevando a cabo, para concentrar tropas y material bélico en la frontera con el enclave palestino, según la orden dictada por el jefe del Estado Mayor, general Aviv Kochavi, de “fijar la atención en el escenario de una escalada”.

Fuente: El Pais

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