Las mejoras en la ventilación pueden reducir la propagación de la COVID-19, así como disminuir el riesgo de exposición, según expertos. Además incluir el distanciamiento físico, el uso de mascarillas, la higiene de manos y la vacunación (medidas de bioseguridad).

Las partículas virales del SARS-CoV-2 se propagan entre personas con mayor facilidad en espacios cerrados que al aire libre.

A menudo, la concentración de partículas virales en interiores es más alta que en espacios al aire libre, donde incluso una suave brisa puede reducir rápidamente las concentraciones.

Al estar en espacios cerrados, las estrategias de mitigación en materia de ventilación pueden ayudar a reducir la concentración de partículas virales.

Cuanto más baja es la concentración, menores probabilidades hay de que las partículas virales sean inhaladas hacia los pulmones (posiblemente reduciendo la dosis inhalada), entren en contacto con los ojos, nariz y boca, o se precipiten desde el aire para acumularse sobre las superficies.

Las prácticas e intervenciones de ventilación con fines de protección pueden reducir las concentraciones de partículas transportadas por el aire y disminuir la dosis viral total para los ocupantes.

En la mayoría de los casos, la reocupación de un edificio durante la pandemia del COVID-19 no debería requerir el uso de nuevos sistemas de ventilación en el lugar.

Sin embargo, las actualizaciones o mejoras en el sistema de ventilación pueden aumentar el ingreso de aire limpio y diluir los posibles contaminantes, por lo que se recomienda consultar a profesionales expertos en sistemas de ventilación y aire acondicionado.

Facebook Comments