Las oportunidades para cumplir sus metas de prepararse profesionalmente existen, incluyendo al interior de los centros penitenciarios a nivel nacional, en donde las personas privadas de libertad pueden cursar su educación básica y media. Los internos no incurren en gastos. Las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), les facilitan útiles escolares y material didáctico.

En la mayoría de los centros penitenciarios han iniciado las clases en los diferentes niveles educativos contando con la presencia de docentes asignados por la Secretaria de Educación y facilitadores educativos (internos).

Omar Eduardo Chirinos Amaya, es un privado libertad en el Centro Penitenciario Nacional de Támara (CPNT), lugar en el que aprendió a leer y escribir, actualmente le envía cartas a sus familiares para informarles que se encuentra bien y que esta aprovechando la oportunidad que le brinda el sistema penitenciario de iniciar sus estudios.

Muy claro en su objetivo, Omar aseguró que, “aquí voy a aprender, voy a estudiar. Yo no sabía leer, no sabía escribir; me motivo más porque vienen ayudas para nosotros. Y el día que salgamos libres de aquí, como dicen ellos (autoridades del INP) nos van a ayudar para conseguir un trabajo”.

Consciente del error que cometió y por el cual se encuentra recluido, dijo que en un futuro cercano “yo quiero ser un ejemplo para mi familia, para mis hermanas y mis padres”. Agradeció el apoyo de otros internos que apoyan como facilitadores educativos.

No nos miren de menos

Sabiendo del estigma que existe en contra de las personas que han guardado prisión, reflexiono que: “Hay que seguir adelante. Yo le digo a mucha gente que se encuentra afuera, que nosotros estamos privados de libertad; pero que no nos miren de menos, porque el día de mañana que salgamos de aquí, nosotros vamos a salir cambiados. Yo le pido a mucha gente que tenga corazón con nosotros; yo sé que caímos por un error, todos cometemos errores; pero perfecto solo es Dios, yo de aquí voy a salir cambiado, le doy gracias a Dios, agradezco a las autoridades y le digo a mis compañeros, que hay que seguir adelante.»

Oportunidades

Durante su privación de libertad, las personas que conviven en los centros penitenciarios tienen la oportunidad de iniciar o continuar con sus estudios de Educación Básica y Media, obteniendo su título como Bachiller en Ciencias y Humanidades o Bachiller en Estructuras Metálicas. Los certificados son emitidos por la Secretaría de Educación y no se indica que estudió estando recluido.

De igual manera, la población penitenciaria puede especializarse en diferentes oficios impartidos por instructores certificados por el Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP); también, recibir cursos para el desarrollo personal y para emprender en su propio negocio. El INP les provee los materiales para evitar que incurran en gastos y así garantizar su proceso de aprendizaje y capacitación.

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