El segundo juicio político contra Donald Trump inicia este martes en el Senado de Estados Unidos. Esta vez, se le acusa de “incitar a la insurrección”, por su papel en la irrupción violenta en el Capitolio, el pasado 6 de enero.

El proceso arranca a las 13:00 horas, los 100 senadores ejercerán como jurado,este primer día será para evaluar si el juicio es constitucional o no.

Habrá un debate de cuatro horas y, después, una votación, para que el juicio avance, se requiere de mayoría simple.

Mientras los abogados del exmandatario alegan que no procede porque Trump ya no es jefe de Estado, constitucionalistas afirman que sí porque evalúa acciones que se registraron cuando sí lo era.

El miércoles, a las 12:00 horas de Washington (11:00 horas de México), comienzan los argumentos de los fiscales (nueve representantes demócratas ejercerán como tales) y la defensa de Trump.

Se prevé que los fiscales del juicio presentarán sus argumentos en un lapso no mayor a 16 horas, en un máximo de dos sesiones.

Luego será el turno de la defensa del expresidente, que no deberán exceder las 16 horas en sus argumentos, igual en dos sesiones.

No se espera que haya testigos, pues Trump se negó a comparecer, como exigían los demócratas. Terminados los alegatos de la defensa, los senadores pueden formular preguntas, para lo cual tendrán cuatro horas.

Aunque en un principio se había dicho que no habría deliberaciones el sábado, porque uno de los abogados de Trump es judío y pidió respetar el Sabbath, posteriormente retiró la solicitud, por lo que sí se sesionará.

La perspectiva es que el juicio concluya a más tardar la próxima semana, considerando que no habrá testigos. El primer juicio político, en 2020, se prolongó 20 días.

Para que Trump sea condenado, se requiere una mayoría de dos tercios del Senado votando a favor. La Cámara Alta está dividida 50-50 entre demócratas y republicanos, lo que significa que 17 senadores republicanos deberían sumarse a favor de la condena para que ésta sea realidad. Es una perspectiva poco probable.

Si llegara a suceder, los senadores pueden convocar a una nueva votación para inhabilitar al exmandatario de ejercer cargos públicos. Si no, Trump es declarado inocente y puede buscar nuevamente la presidencia en 2024.

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