(CNN) — Nunca se sabe lo que puedes encontrar mientras caminas por la playa.

La gente a menudo se encuentra con monedas, conchas y basura, pero un maestro en Irlanda del Norte hizo un descubrimiento que pasará a la historia.

En la década de 1980, el difunto Roger Byrne, maestro de escuela y coleccionista de fósiles, encontró varios fósiles no identificados en la costa este del condado de Antrim. Los conservó durante varios años antes de donarlos al Museo del Ulster en Belfast.

El misterio se arremolinaba en torno a lo que podrían ser los fósiles hasta que un equipo de investigadores de la Universidad de Portsmouth y la Queen’s University de Belfast confirmaron que son huesos de dinosaurios fosilizados.

Los fósiles de 200 millones de años son los «primeros restos de dinosaurios reportados en cualquier parte de Irlanda», según el artículo del equipo de investigación, publicado este mes en Proceedings of the Geologists’ Association.

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«Este es un descubrimiento demasiado significativo», dijo Mike Simms, paleontólogo de National Museums NI que dirigió el equipo de investigadores, en un comunicado de prensa el martes. «La gran rareza de estos fósiles aquí se debe a que la mayoría de las rocas de Irlanda tienen la edad incorrecta para los dinosaurios, ya sean demasiado viejos o demasiado jóvenes, lo que hace casi imposible confirmar la existencia de dinosaurios en estas costas».

Los investigadores escribieron en su artículo que el folclore atribuye la aparente ausencia de restos de dinosaurios de Irlanda a las actividades de San Patricio, a quien se le atribuye haber expulsado a las serpientes de Irlanda. Pero la falta de huesos de dinosaurios fosilizados se debe simplemente a la geología, dijeron. Las rocas de todo el país tienen la edad o el tipo incorrectos.

«Encontrar un dinosaurio irlandés puede parecer una tarea desesperada pero, sin embargo, se han identificado varios candidatos potenciales y se describen por primera vez aquí», indica el artículo.

El investigador Robert Smyth y el profesor David Martill de la Universidad de Portsmouth analizaron los fragmentos óseos con modelos digitales en 3D de alta resolución de los fósiles, producidos por el Dr. Patrick Collins de la Universidad de Queens en Belfast.

Originalmente, los investigadores creían que los huesos eran del mismo animal, pero luego determinaron que eran de dos dinosaurios diferentes.

«Al analizar la forma y la estructura interna de los huesos, nos dimos cuenta de que pertenecían a dos animales muy diferentes», afirmó Smyth en el comunicado de prensa.

«Uno es muy denso y robusto, típico de un devorador de plantas con armadura. El otro es delgado, con paredes óseas delgadas y características que solo se encuentran en los dinosaurios depredadores de dos patas de rápido movimiento llamados terópodos».

Ambos fósiles eran piezas de los huesos de las patas del animal, según los investigadores. Uno era parte del fémur de un herbívoro de cuatro patas llamado Scelidosaurus. La otra era parte de la tibia perteneciente a un carnívoro de dos patas similar al Sarcosaurus.

La playa donde se encontraron los fósiles está cubierta de fragmentos redondeados de basalto y piedra caliza blanca, según el artículo de la revista. Señaló que los fósiles en esa área suelen ser escasos y muy desgastados.

«Los dos fósiles de dinosaurios que encontró Roger Byrne quizás fueron arrastrados al mar, vivos o muertos, hundiéndose en el lecho marino jurásico donde fueron enterrados y fosilizados», afirmó  Simms.

Este descubrimiento arroja luz sobre la vida de los dinosaurios que vagaron hace millones de años.

«El Scelidosaurus sigue apareciendo en los estratos marinos, y empiezo a pensar que pudo haber sido un animal costero, tal vez incluso comiendo algas como lo hacen las iguanas marinas hoy», señaló Martill.

El Museo de Ulster, cerrado debido a las restricciones de coronavirus, planea exhibir los huesos cuando se levanten esas restricciones, según el comunicado de prensa.

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