campnou-k3JD--620x349@abc.jpgBarcelona y Real Madrid afrontarán este sábado uno de los clásicos más atípicos de la historia y el primero tras declararse la pandemia por el Covid-19. Las medidas sanitarias impuestas para prevenir el contagio de la enfermedad obligan a disputar el choque a puerta cerrada, sin público. El Camp Nou dejará de ser esa caldera en la que el equipo blanco suele mostrarse incómodo y gozará de una benevolencia ambiental sin precedentes. Muchos son los profesionales, deportistas y sanitarios, que advierten que se verá un clásico descafeinado que afectará los 23 protagonistas que salten al terreno de juego. Justo cuando se cumplen 20 años de la monumental pitada que recibió Luis Figo tras su regreso al estadio azulgrana tras fichar por el Real Madrid. 111 decibelios atenazaron las piernas y el ánimo de un Madrid que acabó perdiendo (2-0). «Era imposible escuchar a un compañero, nunca he vivido algo así. El que peor estaba era Figo y la prueba es que no hizo uno de sus mejores partidos. Estaba nervioso e incómodo. Lo acusó», ha explicado Guti, que estuvo sobre el césped aquel día. Mañana será totalmente diferente y Koeman lo advierte: «Es extraño que en un campo tan grande no haya nadie que ayude y cree ambiente para el equipo local. En estos partidos que te apoye tu público es importante porque es casi un jugador más». A los futbolistas no les gusta jugar sin público. Incluso cuando lo notan en contra les sirve de motivación. Salva García Puig, que ha vivido varios clásicos en su etapa como jugador del Barcelona (1986-89), atiende a ABC y asegura que «lo he vivido desde el césped y se nota mucho. No te puedes abstraer de todo lo que te rodea y mucho menos del ambiente. Cuando juegas estos partidos el público te motiva mucho y a los jugadores se les hará muy extraño porque saben que están jugando un clásico, que es la máxima expresión de un partido en Europa, pero sin público…». Salva, que jugó a las órdenes de Cruyff y disputó la final de la Europa de 1984 con España, tiene claro que el Real Madrid tendrá muchas más opciones de ganar el partido con el Camp Nou vacío. «El equipo visitante sale claramente beneficiado. Si te fijas en los resultados que se están dando desde que se han adoptado estas medidas sanitarias… El factor anímico deja de existir», asegura antes de bromear: «El árbitro también sale beneficiado pero seguirá equivocándose, como siempre». No obstante, las tesis de Salva están corroboradas científicamente. «Las investigaciones reconocen que la presión ambiental en el deporte condiciona lo que ocurre en el campo y en los jugadores, entrenadores y árbitros», explica la psicóloga Silvia Rodríguez-Bautista, que confirma la influencia del espectador sobre los actores de un partido de fútbol: «La ausencia de público supondrá la eliminación de esa presión habitual sobre el árbitro, que será el más beneficiado. En el caso del jugador, no tendrá presión pero tampoco apoyo». Y aquí es donde Rodríguez-Bautista puntualiza cómo puede afectar la falta de ambiente en las gradas. «La ausencia de presión ambiental puede favorecer a la concentración y al rendimiento. Los jugadores no van a tener el empuje de la afición, se eliminan estímulos, por lo tanto el futbolista recurrirá a su automotivación. El reto es cómo recuperar la mentalidad de competición sin espectadores y alcanzar el mismo nivel de antes», detalla la psicóloga a este diario. Puede dar fe de todo ello Jaume Langa, que fue fisioterapeuta del Barcelona durante 34 años. Por sus manos han pasado desde Maradona a Messi. Testimonio directo y cercano de todos los clásicos desde los años 80 pudo comprobar el poder del público el día de la pitada a Figo: «Los jugadores son superprofesionales pero hasta cierto punto el ambiente les condiciona. En el famoso partido del regreso de Figo se pudo comprobar mirando las caras de los jugadores. Los del Barcelona estaban arropados y no diré que los del Madrid tuvieran miedo pero sí que les afectó». Langa cree que mañana la grada también jugará un papel importante, aunque en este caso favorable al Madrid por omisión: «Será como ver un entrenamiento. No me gusta el fútbol sin público, perjudica al de casa y el Barça deberá buscar las ansias de ganar para sobreponerse al vacío ambiental».

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