Cuatro personas murieron este viernes por la noche en Beirut, en un incendio y explosión ocurridos en un almacén de combustible en un barrio densamente poblado, volviendo a sembrar el pánico tras la explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut.

«El número de víctimas asciende a cuatro», indicó en Twitter la Cruz Roja libanesa, que en un anterior balance había dado cuenta de dos fallecidos. Su secretario general, Georges Kettané, informó igualmente de «heridos trasladados al hospital».

Medios locales de Líbano aseguraron que más de 30 personas resultaron heridas en la deflagración, entre ellos, según una fuente médica, tres menores hospitalizados con quemaduras.

El teniente Ali Najm, de la brigada de bomberos de Beirut, habló de un almacén donde había un «tanque de fuel» que se incendió, y de una explosión en el barrio de Tariq al Jdidé.

El propietario del local, en el que también había gasolina, fue detenido por las fuerzas del orden, según una fuente de seguridad, que indicó que el hombre dirige uno de los generadores privados que proporcionan electricidad a los habitantes durante los cortes de corriente diarios en Líbano.

Por ahora se desconocen las causas del incidente. Los bomberos evacuaron a los residentes de los edificios vecinos. La televisión libanesa mostró las llamas en una calle e imágenes donde se podían oír gritos de los habitantes.

En las últimas semanas, la municipalidad de Beirut estuvo buscando almacenes ilegales que podían representar algún peligro en áreas residenciales, dijo el gobernador Marwan Aboud.

«Temíamos que ocurriera un accidente así», agregó Aboud, quien agregó que habían «ordenado el cierre de algunos y pidieron a otros medidas de seguridad para proteger a la población».

Los servicios de generación proliferan en el país, algunos acusados de constituir una verdadera mafia que aprovechan los cortes de electricidad, haciendo que muchos ciudadanos los contraten.

Varios incendios han ocurrido en el puerto de Beirut desde la catastrófica explosión del 4 de agosto que causó 203 muertos y más de 6,500 heridos, y arrasó zonas enteras de la capital.

La explosión se produjo en un momento en que Líbano atraviesa su peor crisis financiera desde la guerra civil (1975-1990) y en medio de luchas políticas, agravadas por la pandemia de nuevo coronavirus.

 

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