La UEFA ha mostrado su satisfacción por el desarrollo de la Supercopa de Europa, primera competición de esa índole que contó con aficionados en las gradas: «La organización del partido se ha desarrollado sin problemas. Los espectadores aceptaron las medidas de precaución y siguieron las directrices e instrucciones sanitarias proporcionadas por los comisarios. La UEFA evaluará ahora a fondo los distintos aspectos de la organización junto con la Federación Húngara de Fútbol y las autoridades locales». Al Bayern-Sevilla pudieron acudir un total de 20.000 espectadores, un tercio del aforo del Puskas Arena. De ellos, 1.500 pertenecían a las aficiones de los finalistas (1.000 hinchas bávaros y unos 500 del equipo español). «Estamos encantados de volver a sentir un verdadero ambiente de fútbol y esto demuestra una vez más que los aficionados son el alma del juego y que el fútbol es tan grande gracias a su pasión y apoyo». Pese a esta prueba positiva, la UEFA decidió mantener sus competiciones a puerta cerrada en un futuro próximo. Así las fases de grupos tanto de la Champions como de la Europa League se disputarán en ese formato. La UEFA no quiere tomar riesgos y entiende que, mientras haya diferentes criterios en los distintos países europeos, es mejor mantener esa medida en aras de la igualdad.
