Uruguay, país que nunca impuso confinamientos obligatorios, es un caso de éxito en la gestión de la crisis del coronavirus.

El «oasis», la «excepción», el «ejemplo»: así le llaman a Uruguay distintos medios de la región ante su exitosa estrategia contra el nuevo coronavirus, una que nunca incluyó cuarentenas obligatorias.

De hecho, como la tasa de contagios se ha mantenido baja y el sistema de salud nunca llegó a verse comprometido, el país ya lleva semanas abriendo actividades, por ejemplo, con el paulatino regreso de las clases.

El caso uruguayo contrasta con el de otros países de América Latina, región que ha sobrepasado a Europa y EE.UU. en cantidad de casos diarios de covid-19.

Este lunes, la directora regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las Américas y directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, aseguró: «Nuestra región se ha convertido en el epicentro de la pandemia de covid-19».

La expansión del coronavirus, agregó, «sigue acelerándose» en países como Brasil, Perú, Chile, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Pero no en Uruguay.

Etienne «advirtió contra abrir muy rápido las actividades, pero daría la impresión que estas afirmaciones no aplican a Uruguay«, le dijo a BBC Mundo Giovanni Escalante, representante de la OPS/OMS en el país.

«En el caso uruguayo, el presidente (Luis Lacalle Pou) ha nominado un consejo asesor honorario con la finalidad de identificar la mejor evidencia disponible, recabar recomendaciones de más de 40 expertos e integrarlos en reportes destinados a que el gobierno tome decisiones informadas», explicó.

«Por tanto -continuó Escalante-, notamos que las medidas se están tomando con prudencia y están preparando y aplicando protocolos para una vuelta progresiva cautelosa a ‘nueva normalidad'».

Los números

Según datos del gobierno, desde que se declaró la emergencia sanitaria el 13 de marzo hasta este jueves, se habían registrado 811 casos de la nueva enfermedad viral y confirmado 22 muertos.

Para ponerlo en perspectiva, dado que Uruguay es un país de poco menos de 3,5 millones de habitantes, la tasa de muertes por 100.000 habitantes es de 0,6, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.) actualizados a este viernes.

En el Cono Sur, para ese mismo día, la tasa de muertes en Brasil era de 12,2, en Chile de 4,5, en Argentina 1,1 y en Paraguay 0,2, país que también viene siendo exitoso en su estrategia contra el coronavirus, aunque sí con cuarentenas obligatorias.

Ahora Uruguay está entre los países de la región que pueden «gestionar» la propagación del virus, dijo a la BBC Marcia Castro, profesora de salud global en la Universidad de Harvard (EE.UU.).

Tal es así que ya se han abierto las escuelas rurales y, de forma voluntaria y con un esquema progresivo, están volviendo las clases en el resto de los niveles educativos a lo largo de todo el país, con Montevideo y las universidades como últimos de la lista.

Desde abril volvió al trabajo el sector de la construcción y desde este mes el comercio, en general, se ha liberado, y las oficinas públicas han abierto.

No obstante, en todos los casos se recomienda el uso de mascarillas, el respeto de la distancia social y se desaconseja el trabajo presencial de personas con factores de riesgo de salud.

Con todo esto en mente, las familias y amigos ya se reúnen, aunque las tradicionales rondas de mate están desaconsejadas.

¿Pero cómo llegó hasta este punto?

Alto acatamiento

Los primeros casos de covid-19 en Uruguay se registraron el 13 de marzo, menos de dos semanas después de que Lacalle Pou asumiera la presidencia.

De inmediato el nuevo gobierno implementó medidas similares a las de otros países de la región, como Argentina y Perú: cerró fronteras y suspendió vuelos, clases, servicios religiosos y eventos multitudinarios como torneos de fútbol y conciertos.

Facebook Comments