Desde la suspensión de la visa humanitaria anunciada por el presidente Andres Manuel López Obrador, la situación de los migrantes es el reflejo desolado que viven los hondureños.
José un niño de 7 años dijo «yo me siento muy mal estraño mi familia, es una cárcel, ya no podemos salir y a mi papa no le permiten ni ir a trabajar, pasan muchas personas malas cerca de nosotros» .
Karenina de 14 años dice que es casi como una cárcel, los hombres están aparte durmiendo en filas en el suelo y las mujeres y niños en un cuarto con muchísimo calor, los servicios rebasan de excremento y un día se salió toda el agua porque están taponeados.
«Los guardias que custodian los albergues nos tratan mal y nos dicen cosas feas», lamentó.
La mayoría de migrantes están en condiciones infrahumanas, sobre saturados los albergues, es imposible para los abogados defensores públicos ayudar a todos.
Cada uno lleva dos o tres casos, con un permiso de atender por 2 o 3 horas a un migrante.
Según el reporte de la Secretaría de Gobernación federal (Segob) de Chiapas 55 mil migrantes están retenidos en Chiapas, Tapachula, deambulan por las calles los que no lograron la bendición del ACNUR /COMAR.
Chiapas es el estado que lidera la retención de centenas de migrantes, un tramite engorroso que mantiene bajo tortura a centena de migrantes la mayoría hondureños.
