Los ‘zeta’ saben que van a tener que conversar con las máquinas; es más, serán quienes determinen lo que aquéllas han de hacer en beneficio de la sociedad. En el mundo que viene los recién llegados persiguen, antes que el dinero o la reputación, darle un sentido a lo que hacen. Eso es también innovación en un contexto TIC.

El Club Financiero Génova acogía el encuentro ‘Nuevos modelos de innovación: la gran empresa con la startup’, convocado por la Asociación de Amistad Hispano-Francesa Mujeres Avenir, en el que Almudena de la Mata, cofundadora de Innovation for Change, avanzó que ya existe un “cambio en el enfoque de la empresas” en este ámbito, preocupadas en el impacto social que puede tener como tales.

“Hay una estrategia nueva enfocada a lo social, no solo de RSC, sino que afecta a la estrategia de negocio en sí misma”, afirmó esta experta, para quien, reiteró, “la generación zeta no quiere más dinero ni mejor reputación, sino sentido a lo que hace, a su vida”.

Y en ese contexto, a su juicio la irrupción de las TIC e internet lleva necesariamente a la colaboración, así como a la búsqueda y al encuentro de lugares comunes entre la universidad, como motor de la innovación; las startups emergentes, como generadoras de ideas, y las empresas consolidadas, con el fin último “de llegar a la persona, el objetivo prioritario”.

Un enfoque que secundó Monserrat Reyes, directora gerente de Andalucía Emprende, para quien “estamos ante una generación que no trabaja por el dinero y cuyo modelo se inspira en la colaboración”. Y en la disrupción, como apuntó Teresa Alarcos, presidenta del Foro de Comunidad de Startups de Madrid, quien avisó que “esta revolución 4.0 irá más rápido de lo que pensamos, pues mientras que el humano piensa lineal, el avance sobre la base de las TIC lo hace de modo exponencial.

Porque disrupción “es cambiar totalmente el modelo. Cambia todo, mientras que innovación es mejorar lo que hay”, dijo Alarcos, quien resumió lo que significa la disrupción en aquella ya veterana iniciativa de Steve Jobs de reunir en un solo instrumento toda la tecnología de su tiempo.

Un smartphone, al alcance de prácticamente todos, que ejemplifica el otro gran pilar sobre el que se sustenta el mundo de pasado mañana, aquel que tendrá a las máquinas como aliados de las personas, centradas ellas en adelante en crear, y crear lo que las máquinas harán por ellas y lo que entre ellas se dirán, porque también las máquinas alcanzarán ese cierto grado de autonomía que hará algo más cómodo el entorno del ser humano. Qué no mejor expectativa de futuro para esa generación ‘zeta’.

“Tenemos que pensar qué hará la máquina”, aseveró Alarcos, y en “cómo incorporar la Humanidad a la tecnología”, algo que afectará a todo en la vida, sentenció Reyes. Y en este aparente totum revolutum surge la tecnología blockchain, de la que también se habló en este evento. De la Mata, en su doble condición de cofundadora de Blockchain España, aseguró que es algo “que nos va a cambiar la vida”.

Se trata, dijo, de una tecnología que “está muy vinculada a la idea de la confianza y de la seguridad”. Una seguridad que hoy se funda sobre tres pilares: las personas, los procesos y la tecnología, “pero el blockchain, señaló, “suprime los intermediarios (personas y procesos), abriendo un escenario en el que se puede operar persona-persona y de forma global”.

“En sí”, explicó, “blockchain es tecnología, criptografía y distribución, tres elementos que hace que sea imposible alterar o falsificar, así como confronta ataques y fraudes. Es algo que “nos da la idea de la internet de la confianza”.

Por su parte, Isabelle Edessa, responsable de Open Innovation y de las relaciones con las startups del Business Lab de Groupe PSA, describió el contexto de la innovación sobre la base de las personas, la investigación académica y las empresas como impulsoras de la economía. El evento fue presidido por María Luisa de Contes, secretaria general y de los Consejos de Administración del Grupo Renault en España, y moderado por Anne Viard, socia de Mazars..

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