César Alierta, presidente de la Fundación Telefónica (izquierda), junta a Iñaki Gabilondo, este viernes en La Nave de Madrid. | FOTOS: Marta Peiro

El avance tecnológico está generando una extraordinaria oportunidad para fomentar el progreso y la igualdad en el mundo. Ambas tienen la posibilidad de mejorar “de una forma espectacular”, pero “esto pasa por la formación digital”. Así lo ha defendido este viernes César Alierta, presidente de la Fundación Telefónica, durante el día de cierre del South Summit 2018 en Madrid.

Alierta ha debatido junto con el periodista Iñaki Gabilondo sobre su pasión por la educación desde pequeño, y de por qué es necesario apuntalar la formación digital de las nuevas generaciones a nivel global. Un proceso que, si bien requiere de “paciencia y perseverancia”, como ha señalado Gabilondo, “no cuesta mucho dinero”, según ha argumentado Alierta.

El también presidente de la Fundación Profuturo de expansión educativa, ha subrayado que el coste militar diario en el mundo supera lo necesario para alcanzar la educación básica (entre los 5 y 8 años de edad) de unos 300 millones de niños. Además, ha criticado la situación de profesores formados para alumnos de los años 80. Hoy los “críos” aprenden “mucho más rápido” que sus mayores, ha reconocido.

“Hoy un niño de cualquier parte del mundo maneja perfectamente una tableta en 3 semanas”, y con ella puede aprender matemáticas, lingüística, etc.”, ha señalado. Por tanto, “la clave es que los profesores sean digitales”, ha remarcado Alierta. Algo que “lamentablemente” todavía no es así, ha expresado.

También sobre el nuevo “humanismo” han debatido ambos protagonistas de “cierta edad, o de una edad cierta”, según ha comentado con ironía Gabilondo. Esa necesidad de unir ciencias y humanidades a través de las nuevas tecnologías,y que se traducen con la educación digital (y global) en la transmisión de “valores universales” para Alierta.

Valores cada vez “más necesarios” y que buscan lo que persigue la Fundación Telefónica. Lograr, independientemente de creencias o religiones, que haya “dos mundos”: el de los niños con una formación digital y el de aquellos que carecen de ella, ha concluido Alierta.

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