Cambios, ilusión, fichajes…Así se presentó el nuevo Arsenal en su estadio, el Emirates. El rival, el Manchester City de Guardiola. Un contrincante duro para la primera jornada, pero no cabía imaginar una forma mejor de comenzar la carrera por la Premier League que venciendo al vigente campeón. Sin embargo, en eso quedaron las aspiraciones de los Gunners, en ilusión. El cambio de entrenador que auguraba nuevos éxitos quedó sin efecto. Cuando los jugadores de Emery abrieron los ojos despertaron del sueño que había traido consigo el nuevo proyecto del vasco, para toparse con la dura realidad, aún queda mucho para cambiar su historia. El Manchester City de Guardiola nunca se vio en dificultades durante el encuentro. Un gol tempranero de Sterling en el minuto 7 pilló por sorprensa al público del Emirates. Los londinenses no daban crédito ante la impotencia de sus jugadores frente al adversario. Un combinado compenetrado, serio, ordenado, y con una idea de juego muy marcada. Los «citizens» saben cómo jugar y a qué jugar, y aunque el partido se fue al descanso con el ajustado resultado de 0-1, ningún futbolista del Arsenal daba la sensación de poder cambiar las cosas. Emery se dio cuenta de ello, e intento revolucionar el choque con la entrada de de Torreira y Lacazette para los siguientes 45 minutos, en lugar de Xhaka (con tarjeta amarilla) y Ramsey. Aún así, la dinámica del partido no cambió en la segunda mitad. Ozil continuaba desaparecido, a Aubameyang no le llegaban balones, y el nefasto debut del joven mediocentro de 19 años, Guendouzi, terminaron por condenar al Arsenal. Agüero se permitió el lujo de fallar un mano a mano, pero pocos instantes después, Bernardo Silva (que entró a sustituir a Mahrez) sentenció el encuentro con un golazo, en el que Peter Cech no pudo hacer más que seguir el esférico con la mirada hasta el fondo de la red. Ya con el 0-2 en el luminoso, la casi media hora de partido restante fue un fiel reflejo de la cruda realidad para el equipo de Londres. Mientras que el Manchester City sale de la capital británica claramente reforzado al quitarse del calendario uno de los cruces más complicados como visitante, el nuevo Arsenal de Emery pinta igual que el de los últimos años. Distinto entrenador, misma historia. 0-2 de marcador final y unas sensaciones no incitan al optimismo. A pesar de que solo nos encontramos en la primera jornada de una de las mejores ligas del mundo, mucho debe cambiar este Arsenal. Una escuadra que parece que se muestra inmune a los cambios y fichajes que ha traido consigo la marcha de Wenger, al que más de un aficionado hoy recuerda.

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